Clasifica Croacia por primera vez en un mundial
Gigantes, con tesón y a la heroica se portaron este miércoles los futbolistas croatas para materializar la hazaña deportiva más grande en la historia de ese pequeño país de poco más de cuatro millones de habitantes: llegar a la final de la Copa Mundial.
Nadie o pocas, muy pocas personas, apostaron porque Croacia llegaría tan lejos como al séptimo partido del magno evento. No era cuestión de si los balcánicos no tienen la calidad necesaria en sus filas para irrumpir en una final, sino que existían ocho equipos con mayor talento para disputar la Copa Mundial en Rusia 2018.
Croacia siempre se vio en el frío papel como un equipo fuerte, pero resultó que son un plantel de hierro. Vencieron todas las quinielas desde los octavos de final para acá, se sobrepusieron a ir tres veces en igual número de partidos debajo en el marcador. «Fundidos» por tanto pelear culminaron muchos jugadores en las tres rondas y para el match siguiente estaban en la cancha a puro coraje, olvidando calambres y demás dolores.
Ante Inglaterra tocó sufrir. Pesaron sobre sus piernas, en los primeros instantes del duelo, las dos «brutales» prórrogas ante Dinamarca y Rusia. Croacia estaba dormida, aniquilada, a la espera de la estocada final. El gol del inglés Kieran Trippier era el comienzo de una hecatombe. Pero si no matas, entregas la vida. Inglaterra se relajó y Croacia respiró.
Luka Modric se regeneró, y con él, todos sus coequiperos. Probaron un par de veces sin fortuna la puerta de Jordan Pickford, pero seguían a medio gas.
El tiempo de descanso fue bendito para Croacia. Cambiaron pilas y los balcánicos no pararon de hacer fútbol, sin piernas, pero con aptitud en sus pechos.
Iván Perisic, en el minuto 68, puso el 1-1 de forma acrobática. A los ingleses ya nada les funcionaba, pagaron caro hacer un fútbol mediocre. Para ganar había que ir a la prórroga o los penales, esa era la fórmula croata. Un Mario Mandzukic (109’) que un segundo atrás miró al césped, puso sus ojos fugazmente ante el pase poco ortodoxo de Perisic para firmar el milagro y el viaje a la final soñada.
=Tomado de Granma)