Matanzas duele profundo todavía. Duele más donde ahora hay un panorama desolador, el recuerdo de aquella nube de humo que oscureció durante varios días el acostumbrado cielo azul.
Duele pensar en las familias que perdieron a sus hijos sin poder decir adiós y en las que aún esperan por buenas noticias en la sala de un hospital. Sin embargo, a kilómetros de allí, el dolor ajeno se comparte y no puede ser de otra forma.
En esta tierra rebelde e indómita, hemos aprendido que el estar para otros en los momentos más duros también salva. Como lo hizo el Comando de Bomberos del municipio Guane.
Hasta nuestra planta radial llegó el Primer Teniente Luisky Martínez Soto, jefe del mencionado comando de bomberos.
Él contó sus vivencias durante el incendio en la base de supertanqueros de Matanzas el pasado 5 de agosto.
<<Cuando me avisan de que vamos para Matanzas a apoyar a nuestros hermanos de profesión sentí mucho orgullo. Nosotros los bomberos estamos listos todo el tiempo para cumplir cualquier misión por arriesgada que esta sea.
En un principio la familia no estuvo de acuerdo, hasta que hablé y dije las razones por las que tenía que ir hasta ese emplazamiento industrial de supertanqueros.
No niego que al llegar al lugar el escenario impresionaba hasta al más corajudo de los bomberos… pero dije: estamos listos… pongamos manos a la obra que aquí no hay miedo y sí mucho coraje.>>
No cabe dudas que capítulos de heroísmo, solidaridad, altruismo se han escrito unos cuantos en Cuba.
A este país puede faltarle otras cosas, menos personas que a la hora de la verdad, como dice el argentino Fito Páez en una de sus canciones, vengan a ofrecer su corazón. Así lo hizo el Primer Teniente Luisky Martínez Soto jefe del Comando de Bomberos en el municipio Guane.