La actuación de la Policía Nacional Revolucionaria emana de las tradiciones de lucha del pueblo cubano y su particular identidad la convierte en protectora de los derechos humanos.
Días de infatigable contienda enaltecieron la valía de Cuba en muchos países del mundo. Sus hijos mostraron con desenfado todo lo que puede hacerse en un país tan vilipendiado por Estados Unidos, enemigo cercano y poderoso.
La grandeza de este pedazo de tierra en la situación actual de la Covid 19 también mostró al cubano solidario y disciplinado con las medidas sanitarias en bien de la salud.
Hombres y mujeres como escudos fehacientes volcaron su sapiencia en bien de la humanidad y a la par, una tropa valerosa e instruida, virtuosa y consagrada encauzó la lucha contra la ignominia, acciones malsanas, actos delictivos y manifestaciones nocivas.
El objetivo era asegurar el orden interior y mantener la tranquilidad ciudadana. Por eso con total desenfado alertan y enfrentan en ardua porfía comportamientos inadecuados para bien de la Sociedad.
Austeros y decididos , consagrados y respetuosos asumen en su actuación lo incondicional del ejemplo al defender la dignidad plena del hombre .Hoy encauzan el trabajo policial de manera preventiva, de servicios, proactivo comunitario y de responsabilidad compartida, entre la sociedad y el Estado.
En este cultivo de historia la actuación de la Policía Nacional Revolucionaria emana de las tradiciones de lucha del pueblo cubano y su particular identidad la convierte en protectora de los derechos humanos.
Para ella también van los aplausos.
Por Raisa Díaz Miranda