Jóvenes cubanos, protagonistas de la Revolución
En diversas áreas de la economía y la sociedad, los jóvenes demuestran su sentido de pertenencia y su voluntad de construir un futuro mejor
El influjo joven en la Revolución figura tema recurrente en estos tiempos. Su papel protagónico se hace evidente en la vida cotidiana de este universo juvenil.
De hecho, tras la apertura del trabajo por cuenta propia y los nuevos actores económicos, cuando uno recorre las calles de cualquier ciudad, o comunidad cubana y sandinense, llama la atención la cantidad de jóvenes incorporados a varios oficios, entre muchos otros, que se vinculan con el sector estatal.
Algunos de estos muchachos no superan los 25 años de edad. Sin embargo, ya se han abierto camino dentro del universo laboral. Algo que dice mucho, de su sentido de compromiso, con este proceso social que vio la luz el 1ro de enero de 1959.
Sin duda alguna, la juventud cubana está actualmente uniendo voluntades y acciones en aras de echar pa´lante el desarrollo económico de la nación. Y es que en medio del ordenamiento de nuestra economía muchos dan el paso al frente y se insertan de forma definitiva a las tareas de primer orden.
Saben que los jóvenes de hoy no estuvieron en la manigua, el Moncada o la Sierra, pero llevan la simiente heroica de los que forjaron la Patria; y edifican en diversas trincheras la nueva sociedad; en tareas constructivas para cumplir con el plan de viviendas, en las labores agrarias, las tareas educacionales, de la salud, o muchas otras se siente el influjo joven, porque permanecen fieles a nuestra memoria histórica, y están conscientes de nuestro encargo político y social.
Es por eso que, todas las tareas que emprenden las visten con aires de modernidad y le ponen una marcada impronta de patriotismo, muy a tono con nuestro tiempo. Insertarse definitivamente a la construcción del socialismo y al reordenamiento económico de la nación, resulta para la juventud cubana y sandinense un compromiso, una responsabilidad y una meta del presente y el futuro.
Urge entonces aunar voluntades para continuar formando a las nuevas generaciones de modo que estén a la altura del momento histórico que vivimos. Eso sí, pongamos a ese empeño la confianza absoluta en los cubanos del mañana, de este y de cualquier tiempo.