Preparar y prepararse para la etapa juvenil, una necesidad de estos tiempos
El mundo cuenta hoy con una amplia generación de jóvenes más de 1,5 billones de personas entre 10 y 25 años de edad que deben prepararse
EL mundo cuenta hoy con una amplia generación de jóvenes, más de un billón de personas entre 10 y 25 años de edad, lo cual equivale a más del 20 por ciento de la población total.
Tal cifra la reporta el Fondo de Población de las Naciones Unidas, organismo que junto a la Asociación Mundial para la Salud Sexual promueve numerosas acciones a favor de este segmento poblacional, del cual depende, literalmente, el futuro de nuestra especie.
Por eso cada día debemos reflexionar sobre las responsabilidades y derechos de la juventud en esa importante faceta de la vida, una prioridad que involucra decisiones personales, pero también depende del respaldo de la familia, la escuela y la sociedad, en su expresión más amplia.
A partir de la pubertad numerosas problemáticas sexuales desafían los conocimientos, mitos, estereotipos y emociones acumulados durante la infancia sobre este apasionante asunto.
Cuando se comparten esas inquietudes con las personas adecuadas y se dominan las mejores respuestas, los jóvenes pueden convertirse en magníficos activistas de salud sexual entre sus coetáneos y hacer llegar el mensaje correcto a donde no alcanzan otros mecanismos formales de promoción, casi siempre validados con poblaciones adultas.
Cuba con pasos de avances
En nuestro país el Centro Nacional de Educación Sexual, CENESEX, es una institución cuyos logros en pro de la salud de la juventud cubana es reconocida internacionalmente, desde hace décadas, tanto en el campo de la atención clínica como en la investigación, la educación, la divulgación y la formación de promotores de salud.
En nuestro municipio organizaciones de masa como la Federación de Mujeres Cubanas, los Comités de defensa de la Revolución con el apoyo de las instituciones de salud, organizan acciones y fomentan espacios de reflexión para involucrar a instituciones de salud, educativas y gubernamentales en este crucial objetivo.
Estos espacios son de utilidad para desnudar ciertos estereotipos, adquirir materiales con que reflexionar más tarde y acercarse a una comprensión menos prejuiciada de la sexualidad.
Con ese fin todo vale: desde la charla personal y la consulta telefónica, hasta el intercambio con la comunidad por parte de especialistas en el tema. La idea es promover el diálogo entre jóvenes y adolescentes sobre la responsabilidad que adquieren al entregarse a otros, y sobre todo hacerles saber que hay personas dispuestas a apoyarles en el ejercicio pleno de sus derechos sexuales.
Asumo que el reto mayor será irradiar permanentemente nuevos conocimientos, desentrañar afectos y fomentar una actitud de autocuidado que garantice a las nuevas generaciones un despliegue feliz de su erotismo sin comprometer, a la larga, su salud sexual y reproductiva.