El respeto y cuidado a los ancianos
La juventud y la vejez son etapas totalmente opuestas, son muchos los años de por medio, y los conceptos y manera de proyectarse, cambian de una etapa a otra
Redimensionar la educación de las nuevas generaciones sobre la base del respeto y el cuidado a los ancianos es importantísimo y urgente.
Seguro en tu barrio, en tu familia y probablemente en tu propia casa, convives con personas de la tercera edad a quienes debes respetar, brindar cariño, y tener en cuenta.
Si eres joven, es bueno que reflexiones en que la vejez es una condición a la que llegarás algún día. Y por lo tanto, debes tratar a todos los ancianos con los que te relacionas, de la misma manera como quisieras que lo hicieran contigo en su debido momento.
Pero, ¿realmente tratamos a nuestros abuelos y abuelas como lo merecen? ¿Somos tolerantes con las personas de la tercera edad que nos rodean?. ¿Les concedemos el espacio que necesitan?
Estas interrogantes, mueven además, a muchas reflexiones. Deben acompañar a muchas familias…donde no les dan participación en la toma de decisiones a los adultos mayores…e ignoran sus criterios y opiniones. Pero…¡si de hacer mandados y cuidar nietos se trata!….entonces ellos adquieren la condición de número uno…mientras que para todo lo demás son considerados, de manera casi nula. Los hijos y nietos pierden cada vez más el sentido de la responsabilidad y cargan de trabajos a los ancianos que conviven con ellos. Los privan así, de realizar actividades para su disfrute. Este es, sin dudas, un panorama que debe cambiar definitivamente.
La juventud y la vejez son etapas totalmente opuestas, son muchos los años de por medio, y los conceptos y manera de proyectarse, cambian de una etapa a otra.
De tí depende
No obstante, a veces olvidamos que todos somos seres que envejecemos…y ello no significa que con la acumulación de los años tengamos que renunciar a nuestros derechos…ni mucho menos que seamos considerados ciudadanos de segunda categoría.
Con solo un poco de amor podemos contribuir a que sean felices. Para eso hay que tolerar las cosas propias de esa etapa y darles a nuestros abuelos el cuidado y el apoyo que necesitan para no sentirse solos.
Hacerlo es muy sencillo….basta con dedicarles unos minutos…escucharles sus historias, acompañarlos a escuchar ese disco que tantos recuerdos les trae, o disfrutar juntos de una partida de ajedrez o dominó.
Recordemos que nuestros hijos nos tratarán como vean que los tratamos a ellos.