Nacidos en igual fecha, pero en épocas y países distintos Antonio Maceo y Ernesto Guevara encarnan el modelo ideal del combatiente revolucionario
Empuje y arrojo bastaron para subirlo en el pedestal más alto del cubano patriota. La fuerza de sus ideas patentizaron al gallardo mulato que vio la luz el 14 de junio de 1845 en Santiago de Cuba. La valentía, el ímpetu, la honestidad, la tenacidad, la solidaridad con que fue criado junto a sus hermanos hicieron del hombre un ejemplo a seguir.
Guerrero incansable que no se dejó engatusar cuando el español Arsenio Martínez Campo en febrero de 1878 , propuso el Pacto del Zanjón, una paz sin independencia ni abolición de la esclavitud. Su protesta hecha en los Mangos de Baraguá mostró la entereza de quien no aceptaba una rendición vergonzosa.
Fueron su firmeza y su intransigencia revolucionarias las que enrutaron el camino de oriente a occidente junto a Máximo Gómez en una invasión que muchos militares de la época caracterizaron como el hecho de armas más audaz de la centuria. Por la bravura y el ímpetu de su espíritu , considerado además un hombre integral, Antonio Maceo pasó a la historia como el Titán de Bronce.
En la guerra necesaria muchos cubanos dignos ofrendaron su vida al servicio de la Patria, ellos son el legado más precioso de nuestras conquistas alcanzadas.
En tiempos del palpitar revolucionario cubano quiso el destino que otro 14 de junio pero de 1928 , en Rosario , Argentina, naciera quien tendría también un protagonismo esencial en las luchas libertarias. Quizás su herencia de cubano rebelde y justo no viene por sangre pero sí por sentimientos. El dolor de nuestra América fue calando en el joven que sin miramiento alguno se vincula a los preparativos revolucionarios de Fidel Castro.
El ejemplo, la disciplina, la responsabilidad , fueron mutuos valores que caracterizaron a quien se ganó los grados de Comandante del Ejército Libertador: Las convicciones de revolucionario cubano hicieron de Ernesto Guevara de la Serna, El che, un ente imprescindible en la batalla por la libertad de Cuba. Sus valores, su dignidad plena, su lealtad le hicieron merecedor de la Ciudadanía Cubana, del título Doctor Honoris Causa en Pedagogía y la categoría de Médico Cubano Honorario. Cumplió diferentes responsabilidades en la dirección del país, el Guerrillero heroico se convirtió en paradigma de muchos pueblos del mundo.
Hijos de la Patria agradecida: Maceo y Che .
Raisa Díaz Miranda