CrónicaHistoria

El mejor discípulo de Martí

El Comandante en Jefe será recordado por sus valiosos e invaluables aportes a la paz y a la humanidad toda. Cada cubano revolucionario lo sabe

Desde pequeños lo sentimos cerca. Y ahora hablar de él es un gran compromiso. Fue un hombre de extraordinaria inteligencia y firme voluntad para enfrentar con sabiduría las situaciones más complejas. Aprendimos de la historia la nobleza y solidaridad para con sus compañeros de luchas e ideales y del actuar cotidiano su infinito amor a su pueblo.

En él encontraron los aguerridos jóvenes que lo acompañaron el liderazgo ético que por tanto tiempo habían buscado en momentos de penumbra y frustración. La fuerza de sus ideas, aseguró la disposición de los que decidieron entregar la vida por la libertad de la Patria y como un líder definitivo abrazó el destino que marcara su rumbo el 26 de julio de 1953.

En aquella etapa todavía estaba muy lejos de imaginar lo que el destino y la dura lucha le deparaban , e incluso entonces, no podía suponer que sería capaz de llegar a ser, la figura central, el organizador y el jefe de la Generación del Centenario, trascendiendo, incluso, nuestras fronteras nacionales y proyectándose hacia América Latina, el Caribe y el resto del mundo.

Las palabras de Armando Hart Dávalos llegan como eco perentorio a mi memoria : ¨no podía ser de otra manera, porque ese hombre que concibió, encabezó y defendió inteligentemente y sin vacilación alguna, la obra gigantesca de la Revolución cubana, estaba llamado a ser , en el convulso universo de hoy, un elevadísimo y poco común ejemplo de ética, cultura, seguridad, experiencia y firmeza de principios: todo ello en una sola pieza.

Fidel guió nuestros pasos por el camino correcto, fueron lecciones oportunas y acertadas. Los cubanos no olvidaremos jamás, el talento, genio y originalidad, con que llevó al terreno de los hechos, los métodos y principios capaces de relacionar y articular dialécticamente las ideas del Socialismo con la tradición ética de la nación cubana, para hacerla triunfar.

Quizás hoy no esté físicamente, pero no olvidaremos jamás que fue un ejemplo de dignidad para todos. El mejor discípulo de José Martí a quien llevaba en la mente y en el corazón durante toda la vida .Alumno incansable que enriqueció como nadie sus ideas, con el conocimiento y las vivencias de la práctica política.

El Comandante en Jefe será recordado por sus valiosos e invaluables aportes a la paz y a la humanidad toda. Cada cubano revolucionario sabe que hoy alumbra desde la estrella más alta como estandarte fehaciente de valentía y altruismo. Por su grandeza infinita Fidel está y estará por siempre entre nosotros, porque los hombres así no mueren nunca, su vida de leyenda, de gigante, crece con los días y la historia.

Raisa Díaz Miranda

Fidel vive entre nosotros
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