¿Temporada ciclónica? minimizar todos los riesgos
La Defensa Civil aboga por ejecutar con antelación las acciones que reduzcan vulnerabilidades y contribuyan a disminuir el impacto de los efectos destructivos de estos eventos
El cumplimiento de las acciones que se establecen en la Directiva 1 para la Gestión de la Reducción del Riesgo de Desastre, aprobada por el Presidente del Consejo de Defensa Nacional, el 15 de noviembre de 2022, figura entre las indicaciones emitidas por el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, ante el comienzo de la temporada ciclónica 2023.
Según la información notificada a Granma, también se prioriza implementar en los planes de reducción del riesgo de desastre y en las decisiones de los consejos de defensa a todos los niveles, los resultados de los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgos, así como las acciones establecidas en el procedimiento operativo integral para los decisores sobre la organización y el funcionamiento del sistema de alerta temprana, frente a la amenaza o afectación de eventos hidrometeorológicos extremos, la respuesta y recuperación ante tales contingencias y la guía familiar para la protección contra ciclones tropicales.
La Defensa Civil aboga por ejecutar con antelación las acciones que reduzcan vulnerabilidades y contribuyan a disminuir el impacto de los efectos destructivos de estos eventos.
Entre ellas están la poda y tala de árboles que constituyen riesgos, el mantenimiento y limpieza de micropresas, canales, alcantarillas, sistemas de drenaje, la recogida de escombros y de desechos sólidos, además de la protección de los recursos ubicados en almacenes.
Se debe prestar especial atención a la protección de las familias, que aún se mantienen en facilidades temporales o en las acciones de construcción total o parcial de sus viviendas.
Lo anterior incluye comprobar el estado en que se encuentran los centros de evacuación para la protección de la población, optimizando movimiento de medios y recursos, fomentar la cultura de reforzar los techos de cubierta ligera con sacos de arena u otras medidas alternativas que minimicen las afectaciones y pérdidas económicas, principalmente en las comunidades de tránsito bajo situaciones de vulnerabilidad.
Otra de las indicaciones tiene que ver con la preparación adecuada de los integrantes de las comisiones de protección de la población, de evaluación de daños y necesidades, de las oficinas de trámites para la atención a los damnificados y personas que serán asistidas, así como de los puntos de venta de materiales de construcción.
Se insta a verificar el estado técnico y de mantenimiento y la disponibilidad de combustible de los grupos electrógenos, a fin de asegurar el funcionamiento de los sistemas vitales, propiciando una gestión más eficiente en la etapa de recuperación.
Se orienta, también, la realización de actividades que contribuyan a incrementar el conocimiento de la población sobre las normas de conducta previstas para su protección, entre otros apectos.