Reverdece una tradición tabacalera en San Luis
Para la presente campaña el plan contempla la siembra de 100 hectáreas
Hace más de 20 años, en la zona de Santa María, perteneciente al municipio de San Luis, proliferaban las plantaciones de tabaco rubio, esa fue otra de las cosas que se llevó el período especial; para los campesinos de la región es motivo de gozo, ahora, estar dentro del programa para el fomento del Virginia en Pinar del Río.
La experiencia acumulada en los productores y las características de los suelos, convirtieron a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Julián Grimau, en el escenario ideal para revitalizar el cultivo.
POCO A POCO
Para la presente campaña el plan contempla la siembra de 100 hectáreas (ha), así lo confirma Pedro Valdés Díaz, director agrícola de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco (ABT) San Luis, quien añade que es un proyecto progresivo hasta llegar a las 350, en la pasada fueron 50 y obtuvieron 68 toneladas (t).
Resalta que la calidad de la hoja es del 70 por ciento, indicador muy positivo en esta variedad, y que beneficia a los vegueros económicamente, lo cual les estimula. Cuentan con 20 cámaras dedicadas a la cura y esperan mejores rendimientos en la venidera cosecha.
En cuanto al tabaco negro la proyección supera las 2800 ha, de ellas 350 dedicadas al tapado y el resto de sol, aunque reconoce que tienen atraso con los semilleros, dado fundamentalmente por la poca disponibilidad de combustible.
En el Centro de Producción de Posturas, subordinada a la unidad empresarial de base (UEB) Construcción Forestal, laboran 30 trabajadores, ellos aseguran todas las plántulas para la siembra de Virginia y contribuyen con las otras, porque la capacidad de la batería de túneles se los permite; al concluir la zafra serán empleados para el cultivo de hortalizas y contribuir al autoabastecimiento alimentario del municipio.
Julio Ceballos Aguiar, jefe del Centro, explica que una de las diferencias más notables entre el tabaco negro y el rubio en esta etapa, lo establece la poda de las posturas que recibe el último, al menos tres veces antes de trasladarlas al campo.
Añade que hay que realizarla a los cinco días, luego esperar siete y por último entre ocho y nueve, es un modo de fortalecerlas y que tenga mayores probabilidades de sobrevivencia.
Orlando Llanez Cruz, especialista en tabaco Virginia de la Empresa, dice que a pesar de la experiencia de los campesinos se han preocupado por ofrecerles capacitación, para ello han contado con el apoyo de la Estación Experimental y el intercambio con los productores de Consolación del Sur.
Resalta el buen ánimo y disposición que reina entre los vegueros, les complace retomar un cultivo que fue típico de la zona, incluso aquellos que por la edad no tuvieron la oportunidad de hacerlo, como el caso de Joel Morejón Padrón, técnico agrónomo, quien asegura que para cualquier pinareño el tabaco es el plato fuerte, y que es ahí donde puede mostrar lo que estudió.
APRENDIZAJE Y SEGURIDAD
El tabaco Virginia responde al propósito de tributar materia prima para una fábrica de cigarrillos que se construye en la zona franca del Mariel, al respecto Eduardo Rodríguez Cardentey, especialista de Tabacuba, destaca que en la zafra 2018-19, obtuvieron rendimientos superiores a la precedente.
Que los campesinos han ido asimilando la introducción de la nueva tecnología y saben que vale la pena aprender porque el resultado de sus cosechas tiene un mercado seguro; la provincia deberá llegar a las 1000 hectáreas, y los indicadores ya hablan de las potencialidades.
Por lo pronto en Santa María se percibe la alegría porque haya regresado el tabaco rubio a sus vegas.