La juventud en tiempos de COVID-19
Esta juventud que sana y deja a su paso una estela de amor, ha conquistado corazones y ya se gana un espacio por la calidad en todo lo que hace.
Sandino- La juventud en tiempos de la COVID-19 asume riesgos insospechados por encima de su propia vida, muy a pesar del humano temor al contagio. El universo juvenil de este lado del mundo ha preferido sortear las dificultades y unirse a la lucha contra esta terrible pandemia. Esta juventud se une a las tareas de prevención, conocedores de la certeza martiana que asegura que en prever está todo el arte de salvar.
Muchos son los jóvenes que en tiempos de la COVID-19, favorecen mayores y mejores índices de bienestar y vida en la población. Esta juventud que sana y deja a su paso una estela de amor, ha conquistado corazones y ya se gana un espacio por la calidad en todo lo que hace.
El desarrollo de acciones de promoción y prevención en cada área de salud y consultorios, y su permanencia en estos, se incluye dentro de sus muchos logros. Son disímiles sus tareas en el barrio, como brigadistas, en las universidades, los centros de aislamiento, en los pesquisajes.
Así mismo, la juventud es protagonista con sus acciones, en la cruzada de llevar salud y vida a cada rincón del municipio. Lo hace, sin medir el peligro, ni preocuparse por lo intrincado del lugar. Sea el Cabo de San Antonio, el macizo montañoso del Escambray, la selva amazónica, o aquellos apartados parajes donde nunca se había visto un médico. Con ese derroche de amor, cumplen misiones internacionalistas en más de 65 países, como parte de la Brigada Henry Reeve.
Allá y aquí, salvaguardan las conquistas de la Revolución, obrando a favor de la calidad de vida de los pobladores, y desarrollan así una labor profundamente humanista. Eso es también, definitivamente, salvar al mundo y a la Patria. Porque Cuba hace eso: salva.
Es por eso que el mérito de que Cuba hoy pueda pensar en positivo si de COVID-19 se habla, se debe a esos hombres y mujeres que aplaudimos a las 9 p.m., no solo médicos, enfermeras, sino también estudiantes universitarios, brigadistas de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), o agricultores garantizando alimentos para el pueblo.
Muchos de los que hoy mencionamos tienen menos de 30 años. Y qué decir de los maestros que apoyan la educación de las nuevas generaciones, aún en tiempos de pandemia. Nombres y tareas, podíamos decir de manera infinita, pero más que las palabras, bastan los hechos. El mérito dependió también de ti, que fuiste disciplinado y te quedaste en casa.
Esos que, sin embargo, aunque fueron y son significativos los riesgos, forman parte de esa juventud del presente y el mañana de la Patria, que decidió dar su paso al frente, y como nos tiene acostumbrados, dijo: ¡SÍ SE PUEDE!
Aplaudamos también a esos jóvenes que nos hacen sentir orgullo de esa generación de cubanos en los que descansará, segura, la Patria. Ellos ponen en alto el nombre de nuestra nación y brindan su ayuda solidaria a quien lo necesite, salvan vidas, además de aliviar el dolor humano. Nunca les han faltado las razones para seguir siendo, orgullosamente cubanos.