Los jóvenes escriben páginas de amor y solidaridad en la Covid-19
A pesar de estar distanciados de las clases, los universitarios pinareños no han olvidado su compromiso y formación humanista
Desde hace varios días en la Universidad de Pinar del Río se siente el silencio. En sus pasillos, aulas y áreas exteriores, es perceptible la ausencia de los miles de jóvenes pinareños que, con sus debates, actividades extracurriclulares y ocurrencias, le dan vida a una institución que es referente en la provincia.
Sin embargo, a pesar de estar distanciados de las clases, el ajetreo y los estudios, los universitarios pinareños no han olvidado su compromiso y formación humanista.
Una simple mirada a nuestro alrededor nos llevará a encontrarlos en el surco, los hospitales, las comunidades, en cualquier sector y rama, conscientes del rol protagónico que tienen en la lucha contra la COVID-19.
Y es que esa, es nuestra juventud. Alegre pero profunda. Responsable, disciplinada y altruista, una juventud que sin dudas, actúa en consecuencia con los tiempos que corren.
Quizás por ello, en los últimos meses los hemos visto participando de lleno en todas las tareas de impacto, escribiendo páginas de amor y solidaridad en la historia de Vueltabajo.
Así conocimos historias como la de Pedro José, el joven que llevaba medicamentos hasta las casas de varios ancianos, Julio Emilio, quien ayudó en la organización de las colas en la ciudad cabecera, Adriel y Dayana, que voluntariamente se ofrecieron para velar por el cumplimiento de las medidas en las playas o Carlos Ariel y Eylín, quienes desafiando el peligro trabajaron como voluntarios en el centro de aislamiento.
Pero ellos no son los únicos. Sus nombres y actitudes solo representan el sentir de una generación que en tiempos de pandemia se ha crecido y demostrado que con ellos sí se puede contar.
Y qué decir de nuestros valientes estudiantes de medicina, quienes, han desafiado el peligro en comunidades, zonas rojas y centros de aislamiento, mostrando la vocación humanista de la medicina cubana.
A muchos los hemos visto casa a casa, puerta a puerta, durante las pesquisas, en busca de síntomas respiratorios, pero además, preocupándose por las personas, sobre todo, por los adultos mayores que viven solos, quienes, en reiteradas ocasiones han expresado su agradecimiento.
Y es que, ciertamente en estas experiencias han primado, ante todo, la responsabilidad y la disciplina, esas que hoy son más necesarias que nunca en un territorio que permanece en fase de transmisión autóctona limitada.
Ahora, es tarea de todos, enfrentar este complejo contexto con seriedad y sin poner en peligro la salud de nadie, una tarea en la que los jóvenes sin dudas continuarán escribiendo hermosas historias de cuidado, seguridad, amor y solidaridad en Pinar del Río.