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Respete para ser respetado

Los buenos modales son el toque distintivo de nuestra personalidad, con ellos somos capaces de irradiar elegancia, naturalidad, sencillez 

Sandino -Para vivir en Sociedad hay que respetar ciertas normas. Esas normas cambian según el lugar y las personas. Si deseamos ser aceptados por los demás debemos respetarlos.

Los buenos modales son el toque distintivo de nuestra personalidad, con ellos somos capaces de irradiar elegancia, naturalidad, sencillez y muestras de buena educación.

Los Buenos Modales son la expresión de lo mejor que cada uno tiene en su corazón para dar a los otros. ¿Bondad o egoísmo?. No es simple romanticismo o cursilería. Los buenos modales verdaderamente expresan el nivel de conciencia que tenemos hacia la dignidad de los demás.

Cuando una persona decide desarrollar y perfeccionar la cultura de las normas de conducta para enriquecer su personalidad está trabajando en todas las áreas de su vida.

Debemos tener en mente siempre que las relaciones con los demás requieren espíritu de observación, de atención y «tacto», pues es necesario valorar prudentemente todos los factores y la personalidad de todas y cada una de las personas con las que nos encontramos a diario.

La primera impresión es la que cuenta. Sabemos que las costumbres cambian con los tiempos, pero los buenos modales no; estos permanecerán a lo largo de nuestra vida y tienen su origen en el hogar.

Que agradable es tratar con una persona que tenga un buen comportamiento, pequeños gestos y palabras con las que demuestre consideración y respeto hacia los demás.

La importancia de esto radica simplemente en que la cortesía y los buenos modales abren las puertas hacia una vida exitosa y feliz, y además son parte de lo que significa demostrar nuestro respeto a otras personas.

Sin embargo, es primordial saber que la educación se debe cosechar con sentimiento, pues no es lo mismo saludar con la alegría de saber que vas a un encuentro con otros, a saludar por que es una costumbre. La verdadera relación con las demás personas se construye desde las potencias espirituales y requiere de un esfuerzo interior para hacer de un saludo simple, aparentemente, una canción de bienvenida para los demás.

La cortesía y la buena educación son el primer paso del comportamiento civilizado y nos dan el impulso para decir las palabras y mostrar el proceder que nos distingue del reino animal. Si queremos que nos traten con respeto, nosotros debemos dar el mismo trato.

Nuestra educación se demuestra en gestos, igual que en palabras y hechos. Su distintivo es la sonrisa. Recordemos que una sonrisa vale más que mil palabras Pues como bien decía el poeta Horacio: «Nada impide decir la verdad sonriendo».

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