El humanismo de Chávez, no halló fronteras. Como altruista, sin miramiento alguno, refrendó la justicia social por encima del individualismo.
Cómo olvidar la estirpe del guerrero valeroso al servicio de los más necesitados. Su humanismo no halló fronteras. Como altruista, sin miramiento alguno, refrendó la justicia social por encima del individualismo. Quiso el destino que naciera un 28 de julio de 1954 en Sabaneta, estado Barinas, el hombre austero que daría esperanza a su pueblo.
De condición humilde era aficionado a la pintura, la lectura y las matemáticas, el béisbol, su mayor pasión y sin asomo de inmodestia vendía dulces de lechosa de su abuela en su pueblo natal.
En la región de los llanos crecía Hugo Rafael Chávez Fría en un ambiente humilde junto a su abuela Rosa Inés, quien desde entonces le transmitió la solidaridad con los menos afortunados y aprendió con ello, los principios y los valores de los pobres de Venezuela.
Fue su empuje por defender la justicia social y los grandes pensamientos de Simón Bolívar lo que le devolvió al pueblo venezolano la dignidad y la firme convicción de construir una sociedad de iguales.
Chávez está en todas partes. Aunque no se ve, anda por ahí, en cada acción, en cada tarea. Es por ello que hoy cuando se cumple un aniversario más de su natalicio le rendimos el mayor de los homenajes, asumirlo presente.
