En este tercer domingo de julio cuando celebramos el Día de los Niños potenciemos nuestro amor y dedicación a ellos y hagamos de la vida el lugar dulce, educativo, instructivo y amoroso que necesitan.
El cauce de un río a punto de estallar, la semilla sembrada que luego germina. El tesoro perfecto que nos conecta con sueños, deseos y aspiraciones. Todo eso son los niños. No pudiera sentirse alguien aislado cuando tiene alguno cerca, hijo, hija, hermano, hermana, sobrino o sobrina .!Cuánta dulzura dibuja su cara, sus gestos, sus mimos y cuando quieren algo nada los detiene y van y vienen sin cesar!
Para adorarlos solo basta con tenerlos, por eso es tan importante comprender sus necesidades, sentimientos y ayudarlos a transitar por el camino correcto.
Cuando la mujer da a luz es como el inicio de la primavera, el entorno se llena de flores, de ternura y amor.
Todo en casa es como el jardín, se respira armonía y en un arpegio se suscitan tantas sensaciones y emociones.
Los niños deben ser encauzados de manera correcta, entendidos, y sobre todo protegidos. Ellos necesitan de un hogar sólido y confortable. De una familia feliz.
Es importante que crezcan sanos y dichosos y en ello los padres son el cimiente seguro para el porvenir.
Por eso siempre hagamos por ellos obras lindas. Seamos disciplinados y responsables. Cuidemos a nuestros niños para evitar enfermedades y accidentes, protegerlos ante la Covid 19 es primordial en los tiempos actuales. No dejemos que esa luz se apague en el camino, vamos a darles la fuerza necesaria para seguir adelante.
En este tercer domingo de julio cuando celebramos el Día de los Niños potenciemos nuestro amor y dedicación a ellos y hagamos de la vida el lugar dulce, educativo, instructivo y amoroso que necesitan. A todos los pequeños infantes ¡Muchas felicidades!
Raisa Díaz Miranda