En las reuniones efectuadas en Sandino, nuevas ideas van quedando registradas en actas de las Consultas Populares sobre cómo perfeccionar la constitución.
Los cubanos todos vivimos momentos trascendentales desde el pasado 13 de agosto. Y es que el futuro nuestro versa en los, 224 artículos que compone la carta magna… (87 más que la actual Constitución). Es por eso que contar con el consenso de las mayorías resulta, desde hace mucho tiempo, una necesidad histórica. De ahí la importancia de su análisis, enriquecimiento, que aparentemente se dice o se escribe fácil…pero su dimensión es enorme y nuestra generación posee la responsabilidad de contribuir a su concepción, como parte de un proceso sumamente democrático, que nos permitirá analizar, debatir, opinar, sugerir cambios y suscribir o no el resultado final.
Es una realidad de que Cuba, en sus casi 60 años de andar soberano, mucho ha apelado a la anuencia colectiva. De esos ejercicios, y de la esencia misma de la Revolución, hemos aprendido que el primero y más noble de todos los propósitos es aquel que sitúa al ser humano en el centro de sus desvelos y recaba para este toda la justicia posible.
El proceso de consulta popular sobre el Proyecto de Constitución, que moviliza al país desde el pasado 13 de agosto hasta el 15 de noviembre, nace de esa misma raíz. Responde a un empeño mayor que habla de consenso y también de igualdad, de derechos consabidos y justísimos, de socialismo e irrevocabilidad.
Ese modo auténtico de obrar, con el oído presto al decir de la gente, deberá conducir, como tantas veces, el periodo de examen de nuestra futura Carta Magna, fruto del trabajo de la Comisión Parlamentaria que laboró en su redacción, y del equipo de expertos que con anterioridad la estudió.
En las reuniones efectuadas en Sandino, nuevas ideas van quedando registradas en actas sobre cómo perfeccionar la constitución. Con total libertad hombres y mujeres de todos los sectores sociales emiten sus criterios y es que estamos presenciando un momento histórico. No creo que haya país en el mundo que le dé a todos los ciudadanos la posibilidad de expresarse y ser tenidos en cuenta…sin dudas un proceso increíble.
Coincido con el criterio de un colega cuando expresó que por el alcance y envergadura de las transformaciones, lo consignado en este proyecto de Constitución, futura Ley Suprema que regirá todo el ordenamiento jurídico del país, exige relecturas inteligentes, exhaustivas, sin tabúes o conservadurismos. Y agregaría que concordar con los artículos propuestos es posible, discordar también; pero hagámoslo sin atrincheramientos que desconozcan los porqués o invaliden el avance de un proyecto que, pese a cualquier inconformidad personal, proyecta un estado de equidad y justicia social más íntegro, más contemporáneo, más revolucionario.
Este proceso nos da la posibilidad de hacer crecer, entre todos, el carácter progresista y de avanzada de la propuesta de Carta Magna, no aprovecharlo sería contradecir nuestro legado emancipador, profundamente humanista.
Ya está en las calles, en las casas, en las manos de los sandinenses…cubanos todos, el proyecto de Constitución. Lograr que la consulta sea fértil es una responsabilidad popular; implicarse, un derecho que todos deberíamos hacer valer.