Hay hombres que en su andar, dejan una estela a su paso que invita al combate constante. Eddy Maqueira García es uno de ellos.
Hay hombres que en su andar, dejan una estela a su paso que invita al combate constante. Eddy Maqueira García es uno de ellos. Su pequeño nombre no se acoge al tamaño de su valía, y lo digo porque durante años lo he visto crecer junto a su pueblo.
Colmado de alegría casi permanente, de franca sonrisa y con un hondo sentido del humor, Eddy va por la vida haciendo bien, porque así lo exige la responsabilidad que desempeña. Aunque en fotos como esta derrocha seriedad, nos comenta que las cámaras no son su fuerte, dice preferir el retrato de lo cotidiano, mucho más realista.
Cuando en el año 1995 fue electo por primera vez como delegado del Poder Popular en el Consejo Popular de Martí del municipio de Sandino, no dudó un minuto en afrontar la tarea. Desde entonces a la fecha, no ha hecho otra cosa que convertirse en voz de sus electores, en el tramitador de todas sus inquietudes y necesidades, siempre en la búsqueda de la solución más oportuna.
Pero, su quehacer no quedó ahí como delegado. El 11 de noviembre de 1997 el pueblo lo eligió como presidente del citado Consejo Popular. Un nuevo compromiso surgía y el reto se hacía mucho mayor. Ya sólo no atendería la circunscripción que representaba anteriormente, el área ahora era más abarcadora y también el número de electores se multiplicaba.
Pero, una importante tarea ocuparía su accionar durante tres años que lo hizo cesar en su papel como Presidente. Fue designado Director Municipal de Comunales y al término de su misión, otra vez el pueblo, lo eligió para asumir la responsabilidad que ya traía.
Nada detuvo al hombre valiente que emanó del seno de su terruño. Sentía agigantarse su deuda con él cada día. Por eso los resultados hablan por sí solos de lo logrado gracias a su gestión y al rol jugado en la comunidad, que lo admira y respeta.
“El trabajo es difícil porque a cualquier hora del día que un elector venga a ti, a plantearte un problema o una inquietud, tienes que darle la atención que merece, independientemente de los despachos establecidos, no obstante, eso me regocija y me llena de muchísima satisfacción ”, nos manifiesta.
Al referirse a los procesos de rendición de cuenta efectuados cada año, nos habla entusiasmado del diálogo abierto que logra con sus electores, de la masividad en las reuniones, de cómo logra involucrar a los factores del área, del modo en que su gente se pronuncia por resolver los problemas de la demarcación con el concurso de todos los vecinos.
“Nada mejor para sentirse realizado que palpar por sí mismo esos resultados en todos y cada uno de los períodos de mandato transcurridos”, precisa.
“Al pueblo le agradezco la confianza depositada, y le digo que hay aquí un hombre comprometido con quienes lo eligieron, siempre en combate, un hombre que confía en la Revolución y que por ella daría la vida si fuese necesario”.
Fueron estas las últimas palabras del diálogo que con él sostuve. Desde ese día cuando pienso en Eddy lo dibujo en mi mente vestido de soldado, ese soldado que en tiempo de paz, lleva paz y amor a los suyos.
Por
Marelis Corvea Barreto