El ahorro: tarea primordial
Cuba debe importar gran cantidad de recursos y por supuesto que se impone ahorrarlos al máximo y emplearlos de manera adecuada
Las consecuencias de la crisis que afecta al mundo en los momentos actuales se ponen de manifiesto de muy diversas maneras y una de ellas es la relacionada con el alto costo de muchas materias primas básicas para la elaboración de productos de primera necesidad. En el caso particular de nuestro país se conoce que debemos importar gran cantidad de recursos y por supuesto que se impone ahorrarlos al máximo y tanto como eso emplearlos de manera adecuada y en aquello para lo cual fueron adquiridos por el gobierno.
Esta realidad se da por igual en un centro de trabajo que en una escuela o una cooperativa de producción agropecuaria o de créditos y servicios de manera que resulta de suma importancia que cada trabajador esté debidamente informado acerca del origen de los productos, su costo y la forma en que pueden ahorrarse.
Desde luego que al emplear las materias primas o ingredientes de cualquier tipo es necesario tener en cuenta las normas técnicas elaboradas y eso reclama mucha disciplina y responsabilidad de manera que no se gaste más de lo necesario y al mismo tiempo se asegure la calidad de las producciones para que no se afecte la población, panaderías, dulcerías, policlínicos, hospitales, clínicas estomatológicas, talleres de servicios o de mecánica, barberías, peluquerías, escuelas, centros telefónicos, cafeterías o restaurantes, no escapan de la posibilidad de ahorrar por eso debemos tener conciencia de que en este campo hay mucho por hacer y todos podemos hacer, basta con mantener una actitud ahorrativa y al mismo tiempo transmitirla a quienes nos rodean. Claro que es posible ahorrar de todo y en cualquier momento y lugar, basta con proponérselo y con aplicar medidas que conduzcan por este camino y si de eso se trata me atrevo a transmitirle algunas sugerencias.
La primera de ellas es saber a ciencia cierta qué necesita para cumplir una tarea cualquiera incluida la cantidad precisa de cada producto, materia prima o recurso y cuando esto decimos pensamos por igual en harina, aceite, azúcar, clavos, bloques o cemento. En segundo lugar, exija que le entreguen lo necesario nunca a ojo de buen cubero sino contado, medido o pesado y de paso no solo podrá ahorrar sino también estará salvando su responsabilidad en lo referido a la custodia de los recursos asignados. Como tercera cuestión debe atenerse a las normas previstas y hacerlo de manera que ello no implique afectar el resultado final aunque no se trata de echar por echar o dejar de echar por confianza o a riesgo.
A lo anterior hay que unir la preocupación constante por guardar lo que sobre aunque sea un poquito, recuerde que los números más grandes comienzan siempre por el uno y que cuando menos usted lo espere le hará falta un pedacito o una onza que puede tener guardada. Por último emplee en la medida de las posibilidades productos de factura nacional similares en calidad a los extranjeros de manera que la economía del país no se vea afectada por esta causa, tenga conciencia de que cuando hace esto los recursos financieros pueden emplearse en la adquisición de otros recursos. Los cubanos tenemos espíritu de victoria, sabemos enfrentar y vencer las dificultades y no hay dudas de que podremos vencer esta nueva prueba que es el pago que nos impone la historia por la decisión de ser libres, independientes y soberanos.
por Noemi Balmaseda Albelai