El ahorro, divisa de desarrollo
La batalla por el ahorro de energía eléctrica debe convertirse en un asunto de permanente prioridad y no en una simple consigna o lema pasajero.
La batalla por el ahorro de energía eléctrica debe convertirse en un asunto de permanente prioridad y no en una simple consigna o lema pasajero.
Por su importancia en Sandino es centro de polémica cotidiana en medio de la compleja situación por la COVID-19.
Sobre todo porque lo único que no se ha afectado en el país a pesar de las circunstancias ha sido el fluido eléctrico.
Al debate social, de familia o de esquina sobre este tema tan vital las autoridades locales, tendrán que añadirle, sin dudas una buena dosis de medidas.
El sector estatal tiene sobre sí la responsabilidad principal en la reducción de los excesos injustificados de consumo.
Sin embargo ello no quiere decir que el sector residencial con mayor número de usuarios del servicio eléctrico se vea distante del fenómeno y apunte críticamente hacia los estatales.
No se trata de culparlos desde ya de los apagones que se producirían si no erradican el sobreconsumo.
Recordemos que como trabajadores somos también usuarios del estatal y que gastar en el centro laboral repercute en todos los órdenes.
Si perjudica el de la entidad, por lo tanto no deberíamos sentirnos ajenos a ese sobregiro, todo lo contrario.
Las medidas en ejecución son una necesidad, incumplirlas en cualquier lugar por distante que nos parezca nos afectará tarde o temprano.
En este territorio, se ha dicho y con razón de desplazar del horario pico la mayor parte de las actividades incluyendo la cocción de alimentos por parte de la población.
Lo más importante es concretar en cada puesto laboral las medidas de ahorro al igual que en nuestra propia casa, de modo que redunde en una superior disciplina tan necesaria en estos tiempos.