Finalizó el Campeonato Mundial de Boxeo en Ekaterimburgo, Rusia, y Cuba no pudo retener la corona ganada en la edición de Hamburgo 2017
Finalizó el Campeonato Mundial de Boxeo en Ekaterimburgo, Rusia, y el experimentado equipo cubano no pudo retener la corona ganada en la edición de Hamburgo 2017, en medio de una cita que estrenó por primera vez ocho divisiones.
A pesar de que no se consiguió el objetivo de mantener la supremacía por naciones en el deporte de los puños, no se puede considerar como un fracaso la actuación cubana. Con solo siete hombres, tras el abandono del plantel nacional del +91 kg José Ángel Larduet, pocos días antes de la justa mundial, la tropa que encabeza el jefe de entrenadores Rolando Acebal se adjudicó una medalla de cada tipo, para ocupar el cuarto lugar por países.
Es justo reconocer que en este evento se presentaron varios medallistas olímpicos y mundiales, lo que garantizó la calidad en la lid. En el Campeonato Mundial no hubo sorpresas y las cuatro potencias del boxeo dominaron la tabla de posiciones, con Uzbekistán a la cabeza (3-1-1), escoltada por Rusia (3-0-1), Kazajistán (1-1-4) y Cuba (1-1-1).
Para la fiesta de Ekaterimburgo se convocó a nuestros mejores hombres, todos ellos titulares mundiales entre las reuniones de 2009, 2011, 2013, 2015 y 2017. Además, son los campeones nacionales en los últimos torneos Playa Girón.
Sin embargo, se quedó por debajo de las expectativas. Pero no confundir este resultado como sinónimo de un retroceso en la disciplina que más éxitos ha reportado a Cuba desde hace más de 80 años. La excelente salud del boxeo cubano está intacta. En el país hay un buen número de promesas con menos de 20 años que poseen condiciones para encarar los certámenes internacionales.
Tratar de descifrar por dónde se le escapó la faja dorada a la escuadra cubana no sería lo más justo, porque existieron disímiles factores, algunos objetivos y otros subjetivos. No siempre se puede ocupar el primer lugar en cuanto evento se asiste, así es el deporte, sin que ello signifique conformarse con un cuarto lugar.
De esta derrota el prestigioso colectivo de entrenadores tomará las notas pertinentes y replanteará las estrategias de trabajo para encarar los próximos diez meses, que culminarán con los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Hacia la capital nipona se concentrará toda la labor de nuestros técnicos del boxeo, junto con el resto del personal que les acompaña. Ellos son los únicos indicados para evaluar con exactitud qué salió mal y qué se hizo con acierto en Rusia. La palabra de orden es confiar en sus conocimientos e imparcialidad a la hora de conformar los planteles para torneos foráneos.
Para bien del boxeo mundial se ha retomado en los últimos tiempos un estilo más ofensivo sobre el cuadrilátero y eso se pudo apreciar en Ekaterimburgo. Es conocido que los peladores de la Mayor de las Antillas han tomado más precauciones defensivas con fintas y buen desplazamiento hacia los laterales, olvidando por momentos llevar el ataque constante sobre los adversarios. Ese será uno de los análisis que seguramente tomarán en consideración los profesores de la Escuela Nacional de Boxeo Holveín Quesada. Al final los fajadores cubanos llevan en su «adn» la contundencia para proponer siempre el mayor número de swines y rectos, acompañados de una buena preparación física. Solo hay que recordarles que mientras más se conecten golpes aumentan las posibilidades de victoria.
Ninguno de los siete representantes que acudieron a Rusia está sin opciones reales para tributar victorias a la nación en el futuro. Ellos conservan el hambre por dominar sobre el ring y fijan sus metas individuales con gran celo. No les queda otra opción que redoblar sus esfuerzos si desean materializar sus sueños en Tokio, porque de lo contrario las segundas figuras ocuparán su lugar en el equipo titular, así es la competencia deportiva. Los éxitos regresarán.