Sandino -El arte del canto nació con el hombre mismo, con su primera expresión vocal. En sus orígenes fue una forma más elevada del lenguaje, probablemente inspirada por el culto primitivo. Hay incluso quienes afirman que el canto existió antes del lenguaje hablado, así como existe en especies inferiores al hombre, por ejemplo las aves. Más adelante el canto respondió a las necesidades de las religiones y las estéticas, condicionadas naturalmente por ejemplo por diferentes lenguas, las que llevaron a distintas maneras de emitir la voz.
En el siglo XIX apareció la canción artística, la que con sus exigencias técnicas y expresivas enriqueció el arte del canto. En el arte vocal francés, en todas las épocas, el acento estaba puesto en la declamación de la palabra. La escuela belcantística italiana, en cambio, enseñaba el libre desarrollo del melos vocal, en detrimento de lo declamatorio. Los alemanes y otras naciones centroeuropeas encontraron un cierto equilibrio entre los dos extremos.
Posteriormente, incluso maestros como Verdi y Puccini exigían unidad orgánica entre palabra y sonido musical. Hoy en día, gracias al acortamiento de las distancias y la integración de culturas, es absurdo hablar de «escuela italiana» o «escuela alemana». Es cierto que los idiomas influencian de alguna manera la emisión vocal, pero al cantante de hoy se le exige expresarse de manera correcta en los diversos idiomas y estilos, lo que lleva a lo que podría llamarse una globalización de las escuelas de canto.
Es necesario, por lo tanto, abordar la problemática de la técnica y la enseñanza del canto con gran amplitud, en forma abierta y sin dogmatismo. Está muy difundida la idea de que algún poder sobrenatural dotó al cantante de una bella voz, la que tiene que ser desarrollada para emitir hermosos sonidos, largos agudos, destinados a deslumbrar al público. Sin embargo se conoce que una buena voz mal educada genera solo fracaso y tanto como eso es importante la adecuada selección de los temas a interpretar que hace imprescindible la existencia y consulta de los repertoristas.
De tal manera para lograr una verdadera interpretación o recreación es necesario un perfecto dominio del instrumento vocal, lo que significa un trabajo técnico de muchos años, pero nunca sin aplicar cada avance a la literatura musical, al conocimiento profundo, teórico y práctico de los problemas estilísticos, las diferencias de fraseo, de articulación, incluso de emisión que eso conlleva.
Una muestra de lo que se puede hacer en nuestro territorio es el Festival de la Interpretación La Voz de Occidente donde los artistas aficionados se preparan y muestran sus mejores valores en cuanto a la interpretación.Se trabaja en conocer de ritmos , tonos ,voces,dicción ,nivel de improvinzación y desarrollo escénico, es una escuela donde ellos se ven reflejados y obtienen las técnicas para lograr el éxito final.
Hay que tener muy en cuenta que cada cantante, cada alumno de canto, es una personalidad diferente, que además lleva el instrumento inserto en su cuerpo, con características fisiológicas y psicológicas propias, por esa razón es erróneo obligar a los niños a interpretar cancines de artistas profesionales y de cualquier género pues ello puede además causar daños lamentables.
En Cuba ejemplos como los de Cándido Fabré y José Antonio Méndez son muestra de que incluso con voces poco afortunadas es posible hacer una carrera triunfal y esa es una muestra inequívoca de que además de voz se necesita inteligencia.
Noemí Balmaceda Arbelai