Los trabajadores de la Panificadora Sandino saben la enorme responsabilidad que les asiste cotidianamente en condiciones de escasez de recursos y el recrudecimiento del bloqueo económico comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos.
En su haber cuentan los esfuerzos por solucionar los desperfectos y hacer historia para garantizar el pan a la población y a organismos.
A los trabajos de innovación se aferran Jorge Borges González y Rigoberto Tamachiro, a quienes encontramos haciendo adaptaciones precisas en el mecanismo de ajuste de la resistencia de uno de los hornos a base de piezas recuperadas por medios propios.
Son hombres ingeniosos y lo que más destaca en ellos es que siempre lo mejor de su intelecto lo emplean en resolver problemas que afectan a la Unidad Básica de Alimento en el territorio más occidental de Cuba.
Su sencillez, humildad, inteligencia y sabiduría hacen que cada reto vaya quedando vencido.
Tomar como base sus inmensos aportes significa encontrar el camino que se necesita para sustituir importaciones, ahorrar todo tipo de recursos que están deficitarios y aportar constantemente a la economía del país.
Con retos superiores, trabajadores de la Panificadora Sandino
Avanza creación de MIPYMES en Sandino