Muchas son las historias de humanismo y amor protagonizadas por los profesionales de salud cubana en todas las regiones del mundo. La del Licenciado en Enfermería, José Alberto Oliva y la brigada a la que pertenece, es una de las más estremecedoras.
En Ouargla, en pleno desierto argelino, su equipo de trabajo logró salvar a un recién nacido de 28 semanas, cuya madre falleció con la COVID-19. La aplicación del método piel a piel o canguro y el empeño de los colaboradores cubanos, hicieron posible que la niña alcanzara 15 días de evolución con su PCR negativo.
Conozca los detalles de esta historia de amor y humanidad contada por su protagonista para Radio Guamá, vía Internet.
“Ese día, cuando comenzábamos nuestra guardia a las 4 p.m, se nos orienta realizar una cesárea a una gestante con 28 semanas, y positiva a la COVID- 19.
“El obstetra de guardia y yo, por neonatología, nos trasladamos debidamente protegidos a la institución donde se mantienen los casos positivos. La paciente se encontraba en estado grave con asistencia ventilatoria invasiva. La interrupción del embarazo era una opción que posibilitaba mejorar su mecánica ventilatoria.
“Ya en el lugar referido se realizó la cesárea, producto de la cual nace una niña prematura de menos de 1000 gramos; o sea, muy bajo peso. A pesar de nuestros cuidados el desenlace fue fatal para la joven madre, quien falleció a los dos días de la intervención.
“Inmediatamente la bebé fue trasladada a nuestro servicio de neonatología en la maternidad. Su evolución fue favorable; pues, de las imnumerables complicaciones de estos recién nacidos sólo presentó un ligero distress respiratorio, no necesitando apoyo ventilatorio.
“Con el paso de los días el estado de salud de la pequeña comenzó a mejorar Ya se alimentaba. Ese era el otro reto de vital importancia. Al fallecer la madre era imposible la lactancia materna, pues en este país por sus costumbres, ciencias y religión, es prohibido que un bebé se alimente de otra madre. Logramos que bebiera leche para pretérminos, y fue ganando peso. Entre todos le hacíamos canguro.
“Hoy la niña está en casa con su familia, y nosotros muy contentos, por supuesto”.
Orgullo para Pinar del Río
El pinareño José Alberto Oliva es miembro de la brigada materno infantil formada por veinticuatro colaboradores de la salud que hoy laboran en Argelia. Cuenta con varias colaboraciones médicas entre las que destaca el combate al Ébola en Sierra Leona.
Oliva Reyes ha dedicado su vida a la Neonatología. Su misión va más allá de que nazcan mejores bebés. Salvarlos, evitar que le queden secuelas de alguna enfermedad y así crezcan saludables, insiste es un logro colectivo que sólo se obtiene con el empeño del equipo de trabajo.