Nadie debe guardar silencio o permanecer ajeno ante los crímenes de guerra cometidos por Israel, en alianza con el imperialismo
«Palestina nos duele», «No es una guerra, es un genocidio», «Cese la barbarie», fueron frases repetidas, una y otra vez, y desde la más profunda indignación y el dolor, en la marcha que tuvo lugar este jueves en el Malecón habanero, desde la calle G hasta la explanada del Hotel Nacional, en solidaridad con la causa palestina.
Junto al Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; a los miembros del Buró Político Manuel Marrero Cruz, primer ministro, y Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central, así como a otros dirigentes de la Revolución, marcharon jóvenes estudiantes, trabajadores y vecinos de la capital.
«Cada herida en aquella patria es también una herida en el corazón de Cuba. Cada mujer, anciano o niño martirizado allí nos estremece en lo más profundo. Cada hogar destruido nos consterna y nos impulsa a seguir junto a la noble causa palestina», afirmó Meyvis Estévez Echeverría, segunda secretaria del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Haciéndose eco del sentir colectivo, la dirigente juvenil aseguró que nada justifica semejante castigo contra un pueblo que ha sido despojado de sus tierras y sus derechos.
Añadió que los jóvenes cubanos han marchado en toda la Isla, porque nadie debe guardar silencio o permanecer ajeno ante los crímenes de guerra cometidos por Israel, en alianza con el imperialismo.
El doctor residente de oncología, Atef Abdelhafez Sharif al Safadi, dijo que contra su pueblo se comete una masacre, «creemos que no hay palabras que describan el sentimiento de impotencia que siente cualquier ser libre al ver este genocidio», precisó.
Las palabras de apertura de la marcha las realizó Raúl Alejandro Palmero, primer secretario del Comité Provincial de la UJC, y el acto concluyó con una velada cultural.