Cuba defendió a Palestina en el debate abierto del Consejo de Seguridad sobre «La paz a través del diálogo: contribución de los acuerdos regionales, subregionales y bilaterales a la prevención y la solución pacífica de controversias»
Cuba defendió a Palestina en el debate abierto del Consejo de Seguridad sobre «La paz a través del diálogo: contribución de los acuerdos regionales, subregionales y bilaterales a la prevención y la solución pacífica de controversias», que tuvo lugar este 20 de octubre.
En la reunión de naciones, en la que estuvo el Presidente del Consejo de Seguridad, el Embajador Gerardo Peñalver Portal, Viceministro Primero de Relaciones Exteriores y Representante Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, señaló que el bombardeo indiscriminado de Israel contra la población palestina y la destrucción de viviendas, hospitales e infraestructura civil, así como la privación de los servicios de agua, electricidad y combustible a la población palestina, deben ser detenidos de inmediato.
Pidió un estricto respeto a la Carta de las Naciones Unidas y señaló que nada puede justificar tales acciones, que constituyen graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario, por lo que se impone un inmediato cese al fuego, el acceso de ayuda humanitaria a la población civil, a la vez que se evite el desplazamiento forzoso de los palestinos de la tierra que por derecho propio les pertenece.
«No puede existir paz si se permiten violaciones atroces al Derecho Internacional Humanitario como las que acomete Israel, la potencia ocupante, contra Palestina», agregó el diplomático cubano, quien recalcó la complicidad de los Estados Unidos en la comisión de estos crímenes de guerra, lo que es una actitud «vergonzosa y sienta un precedente muy peligroso en el camino hacia la paz».
Peñalver Portal recordó que casi una década después de su promulgación, la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada en La Habana en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), mantiene su relevancia y vigencia.
El documento refrenda el compromiso de los países de América Latina y el Caribe con la solución pacífica de controversias, a fin de desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la fuerza en su proyección internacional y en sus relaciones entre sí.