Comentario

Los CDR, 63 años al servicio de la Revolución

Desde hace más de seis décadas, los CDR constituyen una fuerza pujante en cada comunidad. Su labor es defender la Patria y contribuir al bienestar de todos los ciudadanos

Por Luis Calderón Canals

Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) llegan a su nuevo aniversario con el mérito de acumular una larga hoja de servicios a favor de la Revolución, pero inmersos en un proceso de constante perfeccionamiento de su gestión, a tono con las nuevas circunstancias presentes en el país.

Desde luego que no ha sido fácil el camino recorrido, inmersos en la lucha ideológica en cada uno de los barrios, desarrollando iniciativas, creatividad y constancia para lograr la masiva participación del pueblo en las distintas tareas. 

No es un secreto que la vigilancia revolucionaria fue desde el principio, y será siempre, la tarea fundamental, pero esta no puede circunscribirse a la guardia nocturna pues de lo que se trata es de tener en cada momento y lugar un diagnóstico certero y obrar en consecuencia con el propósito de prevenir y trabajar en la solución de los distintos problemas identificados con la participación popular.

En la esfera de la salud hay conciencia en el pueblo de lo que han representado y representan las donaciones de sangre para el sistema de salud. Sin embargo en los últimos tiempos hay factores que han incidido en la disminución de estas, aunque no siempre es responsabilidad de la organización. Eso sí, se necesita trabajar de conjunto con los consultorios del médico y la enfermera de la familia para identificar nuevos donantes que den continuidad a la obra de quienes han donado durante años y ahora llegan a la tercera edad. En ese sentido es fundamental la estimulación a través de todas las vías posibles.

En el campo de la recogida de materias primas también se han hecho aportes sustanciales a la economía del país, y no es un secreto que ellos han disminuido a partir de las situaciones derivadas de la pandemia, y por eso hay que rescatar el movimiento estableciendo las coordinaciones necesarias para garantizar la transportación de lo recogido y evitando que se acumulan en los barrios.

Otro elemento a tener en cuenta es la necesidad de lograr continuidad en el trabajo de la organización a partir de la incorporación de jóvenes a los colectivos de dirección a nivel de organizaciones de base, zonas y la dirección municipal, de manera que esto contribuya a todo cuanto se hace.

En relación con esto último, debo destacar el papel que corresponde jugar al funcionamiento orgánico, que no puede limitarse al cumplimiento de los indicadores económicos, sino que implica entre otras cosas, planificar adecuadamente el trabajo, renovar las reuniones con la membresía y priorizar las tareas de mayor significación desde el punto de vista social.

El gran reto de los CDR en los momentos actuales es mantener su vigencia en las nuevas condiciones, tarea que demanda perfeccionar sus métodos y estilo de trabajo acordes y con los momentos que vivimos y sobre todo estimular la masiva participación en las distintas actividades para propiciar el relevo necesario, que es igual a decir la continuidad de la obra emprendida.

Se impone, por lo tanto, trabajar aceptadamente en la preparación de los cuadros de dirección en los diferentes niveles, jerarquizar el trabajo político hombre a hombre y la persuasión como tareas de primer orden; y además, crear mecanismos de estimulación que generen niveles de compromiso superiores. En tal sentido, deseo llamar la atención acerca de la importancia que tiene el desarrollo de la emulación socialista en todo este esfuerzo, no solo a nivel de organización de base sino también de zona, de área de trabajo y de municipio, pues la constante confrontación entre colectivos y la identificación de dificultades generan el desarrollo necesario para asegurar el cumplimiento de los importantes objetivos de trabajo que le han sido asignados a la organización.

Los Comités de Defensa de la Revolución tienen mucho que aportar todavía al proceso revolucionario cubano y por eso no es de extrañar que los enemigos de nuestro proyecto social cuestionen su existencia y aboguen por su desaparición, porque están conscientes de que ellos están en el centro de la unidad del pueblo y constituyen una tarea de combate de singular importancia y eficiencia.

En ocasión de este nuevo aniversario se impone por lo tanto reconocer el esfuerzo de hombres y mujeres que dedican su mayor empeño a las diferentes tareas sin otra intención que cumplir con la Patria, y junto a eso, a los jóvenes que ya se hacen presentes en cada barrio, pero también identificar dificultades, determinar causas y proyectar soluciones que permitan seguir avanzando por los senderos de la victoria, que es en suma la victoria de todo un pueblo.

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