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La conmovedora historia de Daniela

Quería darle las gracias a Fidel, pues gracias a personas tan grandes y bondadosas como él todos los niños cubanos tienen la oportunidad de estudiar y de recibir salud gratuita

La historia de Daniela Carmona Hernández es conmovedora. A su corta vida guarda recuerdos agridulces y un documento muy preciado para ella. Esta pionera tiene hoy la dicha de ser una de las pocas que conserva una carta firmada por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Tras ser ingresada en el hospital nacional William Soler debido a la aparición en su pequeño cuerpo de un neuroblastoma posterior izquierdo en el mediastino, decidió escribirle al Comandante.

“Yo estaba en segundo grado cuando me enfermé. Pasé mucho tiempo en el hospital con cuidados excelentes, y con una atención muy esmerada por parte de los médicos de ese hospital”.

“Fue entonces que me decidí a escribirle a Fidel. Quería darle las gracias. Pues gracias a personas tan grandes y bondadosas como él todos los niños cubanos tienen la oportunidad de estudiar y de recibir salud gratuita. Gracias a Fidel yo estoy aquí hoy”.

Por aquellos días, su abuelo trabajaba en una finca nacional de plantas proteicas supervisada por el propio Comandante. Daniela le solicitó que llevara la carta para que en su apretada agenda Fidel la firmara.

 

En ese entonces el líder histórico de la Revolución ya se encontraba enfermo y prefería solo observar el trabajo en la finca. No conversaba con los trabajadores del lugar para no distraerlos, pero siempre se mantenía receptivo con las preocupaciones e inquietudes.

No obstante, la carta de Daniela pasó de manos de uno de sus guardias de seguridad a Dalia Soto del Valle (esposa de Fidel).

Narran que Dalia se conmovió con la historia de Daniela y rápidamente lo conversó con su esposo, quien de inmediato accedió a la petición y firmó la misiva para que Daniela se recuperara y se sintiera mejor.

“Yo no esperaba que fuera tan rápido. Al otro día mi abuelo me llamó por teléfono y me dijo que Fidel había firmado mi carta. Sentí una emoción inmensa, no podía hablar, las palabras no me salían. Del otro lado del teléfono mi abuelo me preguntaba si no le iba a decir nada, y yo seguía sin poder hablar”.

“Es lo más grande que me ha pasado. Fidel siempre tuvo un corazón inmenso para todos los niños. Y yo entre todos me siento muy especial. Él me solicitó una foto mía y se comprometió en corresponderme mi carta con su puño y letra, pero lamentablemente el tiempo fue cruel y le arrebató la vida”.

“Esta carta es un recuerdo que atesoraré siempre. Es una muestra de la grandeza de Fidel, que siempre tenía tiempo para todos, incluso para una pequeña niña como yo”.

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