La muerte de 10 personas en medio de las protestas contra el golpe de Estado y denuncias de legisladores fieles confirman la tensión en Bolivia.
La Paz, Bolivia. – La muerte de 10 personas en medio de las protestas contra el golpe de Estado y denuncias de legisladores fieles al renunciante presidente Evo Morales confirman la tensión prevaleciente en Bolivia.
La información acerca de los fallecidos coincidió con el segundo día consecutivo de protestas en el centro de La Paz de miles de personas procedentes de la vecina urbe de El Alto y con la presentación del gabinete de la autoproclamada mandataria, Jeanine Añez, sin representación alguna de los pueblos autóctonos.
Los manifestantes concluyeron su marcha tras ser gasificados por la policía cerca de la Plaza Murillo, aledaña a las sedes del Ejecutivo y de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
De la columna de varias cuadras de extensión se escuchaban gritos en que se calificaba de golpista a la nueva ocupante del Palacio Quemado, y consignas como por culpa del racismo, el pueblo está en la calle.
#Bolivia | Denuncian heridos y muertos en represión contra protestas que rechazan golpe de Estado → https://t.co/83rEtTDV5C
— teleSUR TV (@teleSURtv) November 14, 2019
Las víctimas de la represión policial denuncian que hay múltiples heridos de bala desde el pasado 11 de noviembre pic.twitter.com/c1bcmgvGab
Denuncian falta de garantías
Las avenidas de La Paz cada vez son más frecuentadas por vehículos policiales y de las Fuerzas Armadas, que tratan de imponer una imagen de orden y respeto a su autoridad.
Sin embargo, la legisladora por el mayoritario Movimiento al Socialismo (MAS) Adriana Salvatierra, quien renunció a la titularidad del Senado tras la dimisión de Morales, advirtió a medios televisivos que no existe la efectiva garantía para los parlamentarios y toda la ciudadanía.
El canal Gigavisión mostró cómo la policía le impedía a la diputada entrar al Palacio Legislativo junto a otras integrantes de su bancada, quienes deploraron que Bolivia se proclame hoy democrática mientras los militares apuntan al pueblo con sus armas.
En México, entretanto, el diario La Jornada escribió que la mano del Imperio asoma detrás del golpe en Bolivia, cuyos policías y militares tienen vínculos estrechos con Estados Unidos y sus Agencias, que los entrenaron.