Días trascendentales se viven en la nación cubana, jornadas decisivas para el futuro de la patria, esa que es de todos, de nuestros hijos, nietos y otros descendientes.
Días trascendentales se viven en la nación cubana, jornadas decisivas para el futuro de la patria, esa que es de todos, de nuestros hijos, nietos y otros descendientes.
Desde el pasado 13 de agosto tenemos el privilegio enorme de aportar a favor de una Carta Magna más atemperada a la actualidad, luego de importantes cambios, económicos y sociales, los cuales continuarán en los próximos años.
Debemos tener claridad de que ese documento trazará las líneas legislativas para el resto de las normas que abarcan todos los sectores de la sociedad. Será la ley fundamental, el texto jurídico más importante del país, sobre el que se asentará el estado.
Tiene una enorme dimensión, de ahí la responsabilidad histórica de contribuir a su concepción como parte de un proceso sumamente democrático que nos permite analizar, debatir, opinar, sugerir cambios y suscribir o no el resultado final.
En verdad existen propuestas muy profundas y de vital connotación en todos los órdenes y en esto, los sandinenses también aprovechan los espacios para alzar su voz. Cerca de 40 consultas ya se han realizado.
El texto contiene 224 artículos, 87 más que la actual Constitución, divididos en 11 títulos, 24 capítulos y 16 secciones. Del texto vigente se mantienen iguales 11 artículos, se modifican 113 y se eliminan 13.
Leer el proyecto, estudiarlo, pedir explicaciones, pensar en posibles implicaciones de cada aspecto, son pasos importantes para favorecer el proceso de consulta popular que se extenderá hasta el próximo 15 de noviembre, pero sobre todo para concebir la mejor Constitución posible, voz, sentimiento, expresión y voluntad de todo un pueblo.
Aportemos ideas en cada centro laboral, en cada barrio, en Cuba toda para que ello se revierta en beneficio de la nación, de todos sus hijos.