El Moncada, gesta que trasciende en el tiempo
Moncada es más que nunca sinónimo de rebeldía
El Moncada, ¿cuándo decidimos atacarlo? Cuando nos convencimos de que nadie haría nada, de que no habría lucha contra Batista, y de que un montón de grupos existentes, no estaban preparados ni organizados para llevar a cabo la lucha armada que esperábamos. Así resumía el líder cubano Fidel Castro el inicio de la gesta del 26 de julio de 1953, durante una conversación con el intelectual español Ignacio Ramonet, que dio luz al libro “Cien horas con Fidel”.
Fue precisamente en esa fecha cuando el mundo conoció que había jóvenes en Cuba cuya dignidad representaba un arma indestructible que garantizaría la posterior victoria de una Revolución.
No se podía dejar morir al Apóstol en el año de su centenario y el ejemplo de la generación de jóvenes que se preparaba desde la Granjita Siboney para ser “libres o mártires”, mitigaría el dolor causado a sus padres y seres queridos, porque “morir por la Patria es vivir”.
Moncada es más que nunca sinónimo de rebeldía. Por todo ello considero que la lucha era necesaria en aquel entonces como lo es ahora contra el gigante de las siete leguas, que por más de 60 años nos quiere doblegar con el recrudecimiento del bloqueo económico político y comercial y la activación del título III de la Ley Helms Burton o Ley Garrote.
Pero ya no más, así no nos entendemos. Cuba es nuestra y nosotros decidimos qué es lo mejor para nuestro pueblo. Como lo hicieron los jóvenes que movieron aquel asalto heroico bajo la guía certera del eterno líder de la Revolución Cubana, Fidel.
El sacrificio, la entrega de las vidas de los heroicos combatientes del Moncada y Bayamo; y la postura erguida de los sobrevivientes que supieron defender las ideas por las cuales lucharon, tienen respuesta en el pensamiento martiano de: «…el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber, y ese es el mismo hombre práctico cuyo sueño de hoy será la ley de mañana».