Julio Antonio Mella era una personalidad revolucionaria, que además de prestigio popular tenía también mérito como intelectual.
Efímero y valiente, revolucionario y mítico, caracterizado por su desafiante empeño en la lucha por el abatimiento del imperialismo norteamericano, Julio Antonio Mella fue y sigue siendo uno de los personajes más emblemáticos de nuestra historia por sentar los ideales comunistas que se concretaron en 1959.
Él era un símbolo de la lucha revolucionaria contra el imperialismo y sus agentes, una bandera en la lucha de los obreros y campesinos de todo el continente; en la conciencia y en los movimientos de masas de los trabajadores; entre los soldados de Sandino y los huelguistas de Colombia ametrallados por el capital imperialista.
Mella logró entrelazar su papel como líder del movimiento de estudiantes y obreros con el rol de intelectual y creador —, aún cuando no era el mejor orador.Mella era un hombre de pensamiento y acción, en ello radicaba su poder y su peligro.
Era una personalidad revolucionaria, que además de prestigio popular tenía también mérito como intelectual.
Fue un comunista comprometido con la defensa de los ideales más puros del pueblo cubano, fundador de la Federación de Estudiantes Universitarios, de la Universidad Popular José Martí, de la Liga Antimperialista de las Américas y del primer Partido Comunista Cubano.
Comprometido en la lucha por la libertad, inició su vida política en la universidad de La Habana; su primer campo de batalla en un plano intelectual fueron las aulas, mientras que por el lado popular el vínculo esencial fue con la clase obrera.
Hoy a 116 años de su natalicio los cubanos recordamos y seguiremos por siempre el ejemplo del heroico líder estudiantil Julio Antonio Mella.