La locución constituye un bello oficio que requiere, al igual que otros, de disciplina y aptitud. Sus profesionales son artistas de la oralidad
La locución constituye un bello oficio que requiere, al igual que otros, de disciplina y aptitud. Sus profesionales son artistas de la oralidad, pues hacen de las palabras, imágenes, y del matiz, color.
Este primero de diciembre, como es costumbre cada año, celebramos en Cuba el Día del Locutor para homenajear a quienes informan, educan y entretienen al público, a través de los medios de comunicación.
Escucharlos o verlos por la televisión resulta simple. Para ellos constituye un trabajo que requiere de una adecuada expresión oral, conocimientos de cultura general, carisma. Y como si fuera poco, nada de nervios.
Si repasamos la historia de la Radio en cualquier parte del mundo, nos daremos cuenta de que el medio nació en primera instancia con un micrófono, un transmisor y una voz. Voz que dio a luz al artista y mago capaz de hacer del sonido una imagen y llegar al público. Esos son nuestros locutores, quienes celebran una vez más la gratificación de cultivar una habilidad tan bella.
Portadores de noticias buenas o malas, de realizaciones o desencantos, gozan del prestigio que les da la profesionalidad con la que desarrollan el intento de comunicarse día a día con la población que deposita en nosotros esa confianza y credibilidad que solo es propia de algún familiar allegado.
Profesionales de la palabra convertidos en la voz e imagen de un colectivo que con la magia de la radio invaden de alegría los hogares, crean nuevos amigos y hasta llegan a convertirse en parte indispensable en la vida de muchas personas.
Sirva esta ocasión para felicitar a Noemis, Marlén, Raisa, también a Alexander, Laidaly, Roilán, Yanet, Mayendé locutores de nuestra emisora Radio Sandino, a quienes pedimos que su voz y sus mensajes siempre estén al servicio del bien, donde la verdad sea siempre el estandarte que nos impulse, como dijo Martí “Hay tanto que decir, que ha de decirse en el menor número de palabras posible, eso sí, que cada palabra lleve ala y color” porque son ustedes nuestra imagen.
Locutores comprometidos con su tiempo, sencillos y consagrados