Con los Juegos Olímpicos Tokio 2020 en la mira, la estelar garrochista cubana Yarisley Silva mantiene los sueños y deseos de competir con los que alguna vez sorprendió a sus coterráneos y al mundo
LA HABANA.-Con los Juegos Olímpicos Tokio 2020 en la mira, la estelar garrochista cubana Yarisley Silva mantiene los sueños y deseos de competir con los que alguna vez sorprendió a sus coterráneos y al mundo.
Bastaría con revisar la historia de los torneos mundiales y olímpicos en la especialidad del salto con pértiga para confirmar que solo la cubana y la brasileña Fabiana Murer han desafiado el dominio de europeas y estadounidenses, una nómina de ilustres que encabezan la rusa Yelena Isinbayeva, las norteñas Stacy Dragila y Jennifer Suhr, y la griega Ekaterini Stefanidi.
Silva, nacida en la occidental provincia de Pinar del Río, logró la plata en la cita estival de Londres 2012, subió a lo más alto del podio en el Campeonato Mundial de Beijing 2015 y en el Mundial bajo techo de Sopot 2014, mientras terminó con bronce en los certámenes universales al aire libre de Moscú 2013 y Londres 2017.
Sencilla, de pocas palabras, pero muy certera en sus respuestas, la joven de 30 años dialogó sobre sus planes y objetivos.
Para Tokio -sede de los XXXII Juegos Olímpicos- faltan dos años y no se sabe lo que pueda pasar, pero siempre he dicho que es mi sueño, porque es el único título universal que me falta, señaló la doble monarca panamericana, en Guadalajara 2011 y Toronto 2015.
Quisiera -agregó- retirarme con una medalla de oro olímpica, es el sueño por el que estoy luchando y me mantiene con expectativas, anhelos y deseos de seguir adelante.
El cariño y el apoyo de su pueblo
De acuerdo con la multimedallista en torneos de alto nivel, además de esa meta, alimentan sus ganas el cariño y el apoyo de su pueblo, que disfruta cada triunfo y sufre cada revés.
Silva no ignora el escenario que enfrenta, marcado por un elevado nivel en la especialidad en la que «cualquiera puede ganar», con grandes figuras como la griega Stefanidi (28 años), la estadounidense Sandi Morris (25) y la rusa Anzhelika Sidorova (26).
En el Mundial en pista cubierta, celebrado en Birmingham, Reino Unido, en marzo pasado, Morris superó con 4,95 metros a Sidorova (4,91) en un espectacular duelo, dejando en el tercer puesto a Stefanidi (4,80), la titular olímpica de Río de Janeiro 2016 y del mundial al aire libre de Londres 2017.
A propósito de esa competencia, Silva, cuya mejor marca es de 4,91 metros, reconoció que no tuvo un buen resultado (séptimo lugar), aunque no ajeno a matices.
«Fue una gran batalla, muy fuerte. Se ganó con mucho nivel y yo llegué con algunas dificultades», comentó.
Explicó que comenzó a entrenar un poco tarde, a principios de noviembre, y tuvo molestias.
Para defender los colores patrios
Decidimos ir así, consideramos que debía asistir, pese a no estar en las mejores condiciones, para defender los colores patrios, además de tomar la competencia como preparación de cara al principal torneo del año, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia, detalló.
Respecto a su calendario, mencionó que hará una base de entrenamiento en México y participará en tres paradas de la Liga de Diamante, entre ellas en Mónaco e Inglaterra, siempre con la mira en Barranquilla, juegos previstos en julio y agosto.
Pese al alto nivel del salto con pértiga en el mundo, la cubana no puede ser descartada de los pronósticos de las grandes competencias, porque ha acostumbrado a sus seguidores a pelear hasta el final, gane o pierda.