Llega el Primero de Mayo y Sandino, como toda Cuba, pone manos y corazón a la Patria. Esa que mira con orgullo a sus hijos, los hombres y mujeres que dentro del movimiento sindical luchan en difíciles condiciones para defender el suelo que los vio nacer y no dejar morir la obra social que tanto empeño ha costado.
Sobre la connotación de la jornada para el proletariado cubano y mundial versa la siguiente crónica de la periodista Marelis Corvea Barreto.