El 26to. Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso ha conformado este año una programación especial
El 26to. Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso ha conformado una programación especial este año para «honrar el pasado, celebrar el presente y reflexionar sobre el futuro».
Tan hermoso y retador concepto fue desgranado por Heriberto Cabezas, coordinador general del Festival y jefe del departamento de relaciones públicas del Ballet Nacional de Cuba (bnc) en diálogo con Granma.
–Una convocatoria que da nuevo color al encuentro…
-Este año tenemos aniversarios que celebrar y esto ha condicionado un poco el Festival. En primer lugar, un aniversario que no es el más publicitado y sin embargo, para nosotros, es el más importante. Es como el big bang, a partir de ahí surgió todo, los 75 años del debut de Alicia Alonso en Giselle. Si no hubiera ocurrido, Alicia no se habría convertido en una estrella y no habría fundado, en 1948, la compañía que primero llevó su nombre y hoy es el Ballet Nacional de Cuba.
–¿Cómo está organizado el Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso?
–Desde el punto de vista de la organización es curioso, porque cada año nosotros tenemos que encarar un desafío, el escritor se enfrenta a la página en blanco y nosotros a la programación en blanco, y decimos ¿qué vamos a hacer? y con los recursos que tenemos, porque tampoco podemos soñar como otros directores de festivales que pasan tiempo entre uno y otro viajando por el mundo, escogiendo lo que quieren para su festival. Lógicamente, nosotros no tenemos esa capacidad financiera de elección. A la hora de enfrentar la coordinación tenemos que partir de un concepto que nos ayude a echar a andar el motor de la búsqueda de artistas, porque además no aceptamos a todo el que quiera venir. Hay que tener en cuenta que es mayormente un festival de ballet clásico, y debemos mantenernos en esa cuerda en un gran porciento, aunque incluimos otras formas de danza, folclóricas, contemporáneas y modernas.
–Háblenos de las invitaciones…
–Antes era más fácil, me refiero a los presupuestos. Hay que recordar que el Festival nunca se dejó de hacer, ni en los momentos más cruentos económicamente de los 90 del pasado siglo, por una voluntad de Alicia Alonso y la voluntad del país de apoyarlo. La titánica tarea de organizar y asegurar lo necesario fue en esos momentos muy dura y aún lo es. En todos los festivales del mundo a los artistas se les pagan los gastos, transporte, alojamiento, dieta y por su trabajo. En nuestro Festival no se paga a los artistas por las actuaciones. Uno puede pensar que es sencillo, pero hay que tener en cuenta que los que vienen están dejando de ganar y los artistas viven de eso. Realmente hacen un esfuerzo grande. Vienen a regalarle al público su arte.
–Y tantos quieren venir a La Habana…
–En esa tarea de invitar y convencer tengo dos grandes ayudas: la primera Alicia Alonso, y citando a Miguel Cabrera, historiador del bnc, por su «don aglutinador» que es real, lo tuvo y lo sigue teniendo, su nombre abre puertas, y en segundo lugar, el público cubano. La mayor recompensa que tienen los artistas que vienen a trabajar al Festival es el aplauso de un público que conoce de ballet. En otros lugares ¿quiénes van a ver ballet? Las personas que tienen el dinero para pagar las carísimas entradas. Aquí, gracias a una política de la Revolución de poner la cultura al alcance de todos, sabemos que hay una gran masa de público conocedor del arte del ballet y ese es el mayor premio que reciben los artistas.
–Volvamos al concepto para este Festival…
–Este año en específico nos propusimos honrar el pasado, celebrar el presente y reflexionar sobre el futuro, porque 70 años es una edad importante, en la que hay una historia que honrar, en la figura de Alicia, que tenemos la suerte de que está con nosotros, y celebrar este presente y ver adónde nos ha llevado esa historia. La reflexión sobre el futuro, trata hacia dónde vamos y adónde vamos a llegar. Contrariamente a lo que algunos creen en otros lugares del mundo, sobre todo los que estiman que el ballet no va a prosperar en un pequeño país como Cuba, es todo lo contrario, el ballet está enraizado, casi en el adn de los cubanos, y eso no va a cambiar, tenemos las escuelas de ballet y por lo tanto tenemos garantizado el futuro de la compañía también.
–¿Resulta una novedad la presencia de tantos bailarines cubanos que están en otras compañías?
–El bnc es una familia que se reencuentra en esta edición del Festival. Por eso tenemos algunos bailarines que se fueron por algunas razones, sin discernir cuáles, y el bnc los acoge por igual junto a sus primeros bailarines. Hablo de los que van a bailar y los que participarán en las jornadas pedagógicas Fernando Alonso, clases magistrales y un coloquio a realizarse en la Escuela Nacional de Ballet. Fueron primeros bailarines y vienen a dar clases, a transmitir el conocimiento que aquí obtuvieron más el que acumularon.
–Siempre hay un fuerte componente de lo español. ¿Es así en esta ocasión también?
–Efectivamente, tendremos a la compañía flamenca de Rafael Amargo; un espectáculo de la Fundación Antonio Gades, que no podía faltar en este aniversario por las relaciones que tuvo Gades con el bnc y con Alicia, y vuelve la bailaora flamenca María Juncal. Todo lo español lo hemos concentrado en el teatro Martí, que por primera vez se añade como subsede.
–¿Cómo aprecia todo ese gran trabajo de coordinación?
–Es un reto, pero tengo la historia detrás de mí. Tener la lista conformada es una satisfacción. Yo me formé en la escuela de Alicia Alonso, es decir en la escuela del trabajo. El listón de Alicia siempre es muy alto, y es lo que uno trata de seguir haciendo. Cuando emprendo un trabajo pienso en ella y tengo que hacerlo al máximo del nivel, no por una remuneración, sino porque el trabajo bien hecho, además de un placer, tiene que ser un principio indiscutible.