Ciego de Ávila.–Tan alta es la prioridad que Cuba otorga al resguardo de la vida y la salud de las personas, que ni siquiera los previsibles números rojos que la COVID-19 impondría a su economía, frenaron la decisión de paralizar uno de sus motores más importantes: el turismo; dado el peligro de entrada y expansión de un virus que llegaría con las visitas.
El desconocimiento de la nueva enfermedad obligó a cerrar todas las puertas, y cuando aprendió a reconocerla, a acorralarla, a tratarla, e incluso, sabiéndola presente, a mantenerla al margen si se cumplían rigurosos protocolos de bioseguridad y convivencia responsable, pensó en los valores que, por la separación geográfica, sus cayos paradisíacos ofrecían a la reapertura limitada del turismo internacional, a fin de oxigenar las arcas exprimidas del país, a la par que mantenía, mar mediante, alejada del riesgo a la salud de la isla mayor.
Así lo decidió y, con absoluto rigor, creó y certificó todas las condiciones necesarias en aeropuertos y hoteles escogidos, para garantizar que algún posible turista enfermo no contagiara a otro, ni a los trabajadores cubanos que, con el mismo alto estándar de calidad y personalización de los servicios, le atenderían.
En consecuencia, y amparada por el estricto aval que, más que un papel, significa la certificación de Turismo más higiénico y seguro, el 1ro. de julio pasado Cuba abrió 12 de sus hoteles en algunos de sus cayos, que ya reciben los primeros turistas deseosos de disfrutar, con total seguridad, las bondades naturales y culturales de un país que en su seguridad y su belleza marca la diferencia.
Claro, para la nación bloqueada económicamente y perseguida por el Gobierno de Estados Unidos, ninguna actividad le es permitida sin la zancadilla del imperio que, ante el anuncio de esta reapertura limitada, ya mueve los hilos del chantaje extraterritorial para impedirlo, y empieza por intentar provocar la incertidumbre en potenciales clientes, como aquellos que provienen del mercado canadiense.
Ya se conoce la más reciente maniobra con base en la mentira, que pretendió un artículo del 8 de septiembre, publicado por la revista médica JAMA Neurology, bajo el título de Daños neurológicos en paciente que regresó de Cuba, y del que la cadena de televisión CTV News se hiciera eco en la misma fecha.
«Este texto se refiere a síntomas de salud reportados por una persona hace más de un año, y sobre el cual la revista jama adelanta un estudio aislado, con una teoría similar a otras que ya han sido manejadas en torno a una posible intoxicación por exposición a pesticidas», aclaró Josefina Vidal Ferreiro, embajadora de Cuba en Canadá.
En el intento se adivina la cizaña, que rápido mereció respuesta, aunque, pese al empeño obstinado de cuestionar las bondades y la seguridad del país, no hay contestación mejor que la cantidad creciente de visitantes que continúan llegando y marchándose complacidos, como reflejan deliberadamente en las encuestas de TripAdvisor, la plataforma de promoción turística líder del mundo.
¿Un ejemplo? El usuario que se identifica como @jvelasquez89, quien visitó el hotel Pullman, de Cayo Coco, al centronorte del archipiélago, dejó constancia: «Un excelente lugar para pasar grandiosos días de relajación, buena comida y un grandioso ambiente. Mi novia y yo disfrutamos mucho la estancia, los restaurantes y el entretenimiento».
¿Otro ejemplo? Jordan J, de Buenos Aires, Argentina, escribió: «Estuvimos mi novia y yo seis días y nos encantó, la habitación es impecable, la comida muy buena y la animación excelente. La atención es excelente».
¿Otro más? Del hotel Playa Paraíso, también en la cayería Jardines del Rey, Giorgia refirió: «Somos un grupo de tres chicas de Italia y España que estuvo en el hotel tres noches. Simplemente perfecto, habitaciones y camas muy grandes, todo perfectamente limpio, bares abiertos 24 horas, actividades organizadas por el día en la piscina y en la playa, comida muy rica y con mucha posibilidad de elegir».
GARANTÍAS DE SEGURIDAD
Sobre las garantías cubanas para la vida nadie puede levantar un dedo, ni siquiera en el ámbito turístico. ¿Acaso no se recuerda bien cuánto turista enfermo de COVID-19 se atendió y se salvó aquí; o de aquel que agradeció emocionado a la salida del hospital, rescatado de un estado grave, para volver sano a su país; o del gesto colosal de Cuba, que libró del padecer la epidemia en altamar a un crucero británico entero, rechazado en cuanto puerto pidió auxilio?
Por supuesto que la apertura limitada de hoy procura un poco del oxígeno económico que requiere la nación, pero la decisión ofrece garantías plenas a la vida, como demuestran las experiencias primeras en Jardines del Rey.
El ejemplo más cercano lo vivieron los 104 turistas que arribaron el pasado 4 de septiembre a este polo, procedentes de Montreal, Canadá, sometidos con rapidez a la prueba de pcr (Reacción en Cadena de la Polimerasa, por su sigla en inglés). Todos dieron negativo y disfrutan de las bondades de ese destino.
El doctor Osvaldo Iváñez González, director provincial de Salud en Ciego de Ávila, detalla el proceder que siguen con quienes arriban a la terminal aeroportuaria: «después de bajar de la aeronave, a la entrada al área de emigración, están creadas las condiciones para la desinfección de las manos, los pies y el equipaje que traen encima.
«Después pasan a dos locales habilitados para la realización de la pcr, cuyas muestras el personal médico capacitado las empacan debidamente y las trasladan al laboratorio de Villa Clara, donde las analizan, y en menos de 48 horas el resultado está de vuelta, tal y como sucedió con el primer vuelo llegado desde Montreal, Canadá».
Iváñez González precisó que en los hoteles vuelven a realizarle las pruebas de rigor, como la toma de la temperatura, por equipos médicos, de enfermería y epidemiología.
En caso de que alguna persona sea sospechosa proceden al aislamiento en el propio cayo y le realizan de nuevo la PCR. Si el resultado diera positivo a la COVID-19, la trasladarían a Villa Clara.
El protocolo es parte de un Programa para la Certificación del Turismo más Higiénico y Seguro, y su correspondiente Guía, aspectos vinculados a la capacitación de los trabajadores y la regulación de las actividades conforme a la exigencia del momento.
Entre esas medidas está el control de la temperatura, las limpiezas constantes de los lugares públicos de las instalaciones, las superficies, alojamientos y restaurantes, entre otros sitios, precauciones que se aplicaran desde que a mediados de julio pasado fueran certificadas las primeras instalaciones en Jardines del Rey: los hoteles Pullman Cayo Coco y Playa Paraíso, y el aeropuerto.
Argumentó Iváñez González que en cada instalación hotelera está activado el equipo médico, incluidos epidemiólogos, que controla a los veraneantes y, en caso de presentarse algún problema, tanto en turistas como trabajadores, están previstos la realización de las pruebas, los traslados y las hospitalizaciones oportunas.
La variada oferta que Jardines del Rey ofrece a los clientes extranjeros la validaron a principios de agosto los primeros visitantes procedentes de Nassau, Bahamas, recibidos según los protocolos de seguridad y protección establecidos para el momento.
Luego, los 104 veraneantes canadienses pusieron a prueba el sistema y en unos minutos habían cumplido los protocolos de rigor en la terminal aérea, para después dirigirse a los hoteles Pullman Cayo Coco, Playa Paraíso, Memories Caribe y Memories Flamenco, de Cayo Coco; el Grand Muthu, de Cayo Guillermo, y las opcionales dentro de esos islotes, como el paseo en botes, el buceo, la observación de aves y la excursión Boat Adventure, esta última en Cayo Guillermo.
A quienes prefieren los destinos Jardines del Rey y Cayo Santa María, al norte de Ciego de Ávila y Villa Clara, respectivamente, pueden disfrutar de varios hoteles con categoría de cuatro y cinco estrellas que, en total, suman más de 19 000 habitaciones a disposición de quienes nos visitan.
Algunas medidas de protección a los trabajadores
No se permite la entrada de trabajadores con síntomas respiratorios, y quienes los presenten son remitidos a un centro de Salud con inmediatez.
Se controla la temperatura corporal.
El uso del nasobuco es obligatorio.
Se mantiene el distanciamiento físico en todas las labores.
En los lugares donde no es posible la utilización de medios de protección, se emplean barreras de delimitación entre turistas y trabajadores, o rediseño de los procesos, digitalizándose los que sean posible.
Los trabajadores tienen un régimen de albergamiento dentro del polo turístico, y se establece, para disfrutar de su descanso, la obligatoriedad de una cuarentena de siete días, y realizar test rápido al concluir la vigilancia.