Doce días después del ataque, el Departamento de Estado guarda un silencio cómplice y sigue sin condenar públicamente ese acto terrorista
La Habana, Cuba. – El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, denunció el silencio cómplice de Estados Unidos tras el ataque a nuestra embajada en Washington y demandó investigar los vínculos del atacante con grupo terroristas de La Florida.
Doce días después del ataque, el Departamento de Estado guarda un silencio cómplice y sigue sin condenar públicamente ese acto terrorista, subrayó tras recordar los pormenores de la agresión ejecutada por el emigrado cubano Alexander Alazo.
En una conferencia de prensa virtual, Rodríguez Parrilla preguntó al gobierno estadounidense sus motivaciones para mantener silencio ante la opinión pública y no lanzar mensajes de disuasión de actos como ese, en cumplimiento de sus obligaciones legales como sede de la embajada.
Ese ataque no puede verse separado de la política hostil de Washington, que incita al odio y a la violencia hacia Cuba, aseveró el Canciller cubano.
Terrorista loco
En la rueda de prensa virtual, el canciller cubano Bruno Rodríguez, recordó que Alexander Alazo preparó el ataque dos semanas antes y previamente visitó la parte exterior de la embajada cubana en Washington para inspeccionar el terreno.
El canciller apuntó que en los documentos legales públicos de la acusación se establece que anteriormente Alazo visitó un hospital donde manifestó su delirio de persecución por una inexistente banda criminal y por agentes cubanos.
Rodríguez Parrilla afirmó que el atacante también visitó varias agencias del gobierno de Estados Unidos, ante las que denunció que supuestamente los agentes cubanos pretendían asesinarlo.
Corresponde a la Casa Blanca aclarar que decisión tomó con estas denuncias de Alazo, subrayó el jefe de la diplomacia cubana, quien acusó a Washington de negligencia al no actuar en respuesta a informaciones de esa naturaleza e incumplir con la obligación de prevenir el ataque.
Malas compañías
Puedo informar que Alexander Alazo se asoció en Miami al centro de Oración de Jesús en Doral, al que se aproximan regularmente personas con conductas a favor de la agresión y el extremismo contra Cuba, expuso nuestro canciller.
Bruno Rodríguez reveló que Alazo entró en contacto con el pastor Frank López, individuo con estrechas relaciones con el senador anticubano Marco Rubio y otras figuras de reconocido extremismo contra nuestro país, incluido el congresista Mario Díaz-Balart.
¿Qué sabe el gobierno de Estados Unidos sobre esos vínculos? ¿Qué conoce de los contactos de admiración mutua entre Alazo e individuos que siguen al actual gobierno e incitan la violencia y odio contra Cuba?, preguntó Rodríguez.
A renglón seguido demandó a Estados Unidos aclarar qué influencia ejerció el sentimiento de agresión contra Cuba en el centro religioso de Miami y qué papel desempeñaron los individuos que allí confluyen.
Odio inducido
El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, pidió preguntar al secretario de Estado, Mike Pompeo, qué sabe del ataque a nuestra embajada en Washington, cuando se pronuncia de manera constante contra Cuba, pero no ha dicho una palabra contra esa agresión.
El canciller recordó que sin embargo Pompeo y el subsecretario, Maykel Kozak publican a diario mentiras sobre la cooperación internacional de los profesionales cubanos de la salud.
Si hubo odio en la actuación de Alexander Alazo puede afirmarse que es inducido por el gobierno de Estados Unidos y los políticos que viven de la agresión contra Cuba y la promoción de la violencia por diferentes grupos en particular en Miami, denunció Rodríguez.
En la rueda de prensa virtual, el canciller significó que el gobierno de Cuba espera por los resultados de una investigación exhaustiva y a fondo del reciente ataque terrorista contra nuestra embajada en Washington.
Profunda diferencia
Tras afirmar que Cuba mantendrá abierta su embajada en Washington a pesar del ataque, el canciller Bruno Rodríguez detalló las profundas diferencias con los alegados incidentes de salud de diplomáticos estadounidenses en la Habana.
Respecto a los incidentes de salud de los diplomáticos norteamericanos en Cuba no hay autor, evidencia, ni arma, y en el caso de la embajada cubana hay un atacante, un arma, 32 proyectiles y declaraciones de intención de agredir y matar, subrayó Rosdríguez para señalar que la semejanza es imposible.
Indicó que otra diferencia significativa es el hecho de que el gobierno cubano no amenaza, no aplica medidas de bloqueo, no ha expulsado personal diplomático de La Habana, ni ha desmantelado su sede en Washington.
El canciller reiteró el estrecho vínculo entre el ataque a la embajada cubana y la creciente hostilidad del presidente Donald Trump y de sus allegados grupos anticubanos.