Para ser justos, hay que decir que lo que ha dado al traste con los esfuerzos por buscar un equilibrio en los precios ha sido la escasez de productos.
En busca de mecanismos para resolver lo que hoy constituye el rompecabezas que resulta poner precios a los alimentos del campo actúa el Comité de Contratación y Precios en Sandino.
Intervenir en este complejo asunto implica tener en cuenta un conjunto de variables: etapa del año, costos, precios de compra y venta, entre otros que definen y permiten poner en práctica nuevas disposiciones.
Hay que decir que la producción es y seguirá siendo el factor clave en el logro de precios más atractivos para productores y consumidores.
Con ese fin, el Comité de Contratación consulta a entidades productivas y a organizaciones como la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) para evaluar precios. La intención muy buena, por demás, repercutirá positivamente en el bolsillo de la gente.
Los debates cobran fuerza en la base productiva donde queda claro que el Comité de Contratación es responsable de dar la respuesta en los términos y plazos previstos al Consejo de la Administración para su aprobación final.
Su objetivo consiste en lograr una respuesta rápida y colegiada para su establecimiento en mercados y puntos y venta así como otros destinos planificados.
El problema recorre, de punta a cabo, el territorio. En este caso resulta bastante difícil porque los productores reaccionan ante situaciones que enfrentan por escasez de insumos, fertilizantes y limitaciones con el combustible. Eso limita el actuar de las autoridades competentes en su empeño por realizar una contratación de los productos agropecuarios más objetiva.
Pero también sabemos que la comercialización y las necesidades alimentarias de la población están por encima de todo. Las acciones en torno al tema ya son tangibles después de examinar con detenimiento los pro y los contra.
Este despegue alienta y sobre todo hace pensar que existe voluntad por resolver progresivamente un asunto tan puntual. Y como cada territorio aprueba los precios de sus productos, a través de los Comités de Contratación y Precios creados para esta finalidad, donde se concertan y negocian los precios; y quedan establecidos los precios de venta.
En la lista está el arroz a 50.00 pesos la libra, el frijol a 60.00 y la yuca a 7.00. Considerando la etapa distante aún de marzo, propone a 7.00 pesos la libra de boniato y la malanga entre 35.00 y 50.00 pesos, en correspondencia con la variedad.
Con sentido práctico a nivel de surco quedó establecido el precio del tomate a 25.00 pesos y el pimiento a 40.00, mientras que el pepino quedó en 15.00 pesos la libra.
Así, a nivel municipal fijar precios máximos llevó otros análisis hasta completar la lista de productos agropecuarios; determinando para el plátano fruta un precio de 10.00 pesos la libra y 15.00 para la variedad de vianda.
Para la col el consenso final fue de 18.00 pesos la libra, para la lechuga 15.00, la calabaza 6.00 y el melón 7.00 pesos.
Ello no quiere decir que surjan otras disposiciones, pues en los meses venideros unos productos disminuirán y otros estarán en alza como el boniato.
Las señales son de franco optimismo, aún cuando los niveles de satisfacción distan mucho de las pretensiones, compromisos y retos productivos en Sandino; un municipio que tiene la intención de convertirse en un polo productivo y confiable, precisamente para bajar precios en beneficio de la población.
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