El municipio de Sandino parece resuelto a mantener el crecimiento productivo tan anhelado por los pobladores. Para lograrlo cuenta con los hombres y mujeres del campo, quienes actúan con conciencia plena de su misión
En economía, el ingreso de unos, es el gasto de otros. Así suele ser en nuestra vida cotidiana, conceptos que inciden en el rumbo económico de un país y por lo tanto en la vida de sus habitantes.
Ello no quiere decir que la economía se asocie solamente a los números, cálculos gráficos y estadísticas. Significa que su verdadero objeto social son las personas y las decisiones que toman para su bienestar.
O sea, esta ciencia social estudia los medios que utilizan para satisfacer sus necesidades mediante los recursos disponibles, que en general son limitados.
Resulta válido subrayar que la economía es tan antigua como nosotros, pues desde la antigüedad los hombres primitivos realizaban actividades al obtener recursos de la naturaleza que transforman para su bienestar.
Por tal razón, puede aprovecharse estos apuntes históricos como oportunidad para fomentar la conciencia económica en los hombres y mujeres del campo. Precisamente porque la producción de alimentos es una cuestión de seguridad nacional y porque pasa por un momento difícil, fundamentalmente por la escasez de fertilizantes e insumos.
La nación cubana, fogueada en retos y adversidades, atraviesa un momento coyuntural económicamente muy complejo y obviamente no tenemos otra alternativa que no sea avanzar.
Esa es la pretensión: mantener seguridad alimentaria, empleo, divisas a través de los hombres y mujeres que conocen de la agricultura y que pueden seguir dando ese aporte.
Pero también debemos entender que este no es solo un compromiso de agricultores, es de todos y la sociedad misma. Todo es cuestión de estrategia y Sandino está en el camino sembrando conciencia, aún cuando los resultados distan mucho de las aspiraciones actuales.
Y como de la inconformidad nace el desarrollo, este territorio, tiene la intención de convertirse en referente seguro y confiable en la producción de alimentos.
Salvando el tiempo y las distancias de nuestros orígenes, las misiones y encomiendas podrían resumirse en reglas básicas para el sistema de la Agricultura que tiene que ver con la alimentación del pueblo y la vida misma.
Nadie mejor que cada una de las partes para delinear cómo deben ser los hombres y mujeres del campo en medio de las circunstancias que enfrenta el país.
De cualquier manera, las señales son de franco optimismo. Y demostrado está en las 63 medidas que implementan según vaya dictando la práctica. Tales acciones pudieran determinar algunas claves del éxito para el sector agrícola, que dicho sea de paso, afronta también las restricciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos.
A pesar de ello, este municipio parece resuelto a mantener el crecimiento productivo tan anhelado por los pobladores. Para lograrlo cuenta con los hombres y mujeres del campo que actúan con conciencia plena de su misión.
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