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Proyecto de vida. Los sueños poco valen si no podemos convertirlos en realidad

Proyecto de vida. Los sueños poco valen si no podemos convertirlos en realidad y hay que estar convencidos de que es posible lograrlos

Sandino -Constantemente nos enfrentamos a problemas de distinto tipo que afectan el normal desempeño de nuestras vidas porque nos impiden alcanzar los niveles de satisfacción a que aspiramos y esa es una de las cuestiones que nos diferencia de los animales como seres racionales capaces de transformar la realidad circundante.

Por otra parte es una realidad que todos tenemos derecho a soñar y a proponernos cambios en nuestras vidas relacionados con aspectos trascendentales desde el punto de vista objetivo o subjetivo como es el caso de la vivienda, la forma de vivir, el nivel cultural, las relaciones de pareja y otras por el estilo. Todos estos elementos forman parte de algo que los especialistas identifican como proyectos de vida resultado de un análisis serio, profundo y responsable de lo hecho y lo por hacer que puede constituir una verdadera guía para actuar en busca de los objetivos mayores como es el caso de formar una familia, alcanzar determinada calificación profesional, la construcción de una vivienda o hacer un negocio.

Sin embargo, hay personas que se pasan la vida soñando con los ojos abiertos y por ese motivo hacen planes constantemente y no solo eso sino que se consagran a su ejecución aunque ante la primera dificultad o fracaso la abandonan y lo dejan todo tal como estaba al principio. Ellos me hace recordar al personaje Atajerjes de una novela brasileña que pasó la televisión hace años el cual era capaz de fabricar castillos en el aire y murió víctima de esas pretensiones.

Emprendedores de este tipo hay en todos los barrios y aunque son inofensivos en ocasiones hay que cuidarse de ellos porque con su entusiasmo y acometividad pueden terminar enredándolo a usted en una de sus aventuras inconclusas. Soñar no cuesta nada, esa es una realidad pero puede conducir a la frustración, el desencanto o la pérdida innecesaria de tiempo, esfuerzo y dinero.

Los sueños poco valen si no podemos convertirlos en realidad y antes de asumir la tarea hay que estar convencidos de que es posible lograrla, por eso lo mejor es soñar con los pies puestos sobre la tierra o lo que es igual, con los ojos bien abiertos, la mente clara y sentido de responsabilidad.

La estrategia que debe caracterizar nuestras vidas no es la disposición a emprender cualquier tarea o proyecto con el máximo de dedicación sin saber a dónde conduce, todo lo contrario, las personas que mayores posibilidades tienen de triunfar son aquellas que piensan bien sus decisiones y como resultado de la toma de conciencia respecto a su factibilidad le dedican alma, corazón y vida sin dejarse aplastar por las circunstancias hasta llegar al final.

Actuar de esa forma es una muestra evidente de dedicación, consagración a la tarea, espíritu de sacrificio y voluntad y es todo lo contrario de la posición de quienes empiezan muchos proyectos y no terminan ninguno. Nuestro país vive circunstancias muy especiales debido a múltiples factores que tienen incidencia en la vida nacional sin embargo eso no es motivo para que dejemos de aspirar a una calidad de vida superior, de lo que se trata es de tener suficiente madurez como para comprender hasta dónde podemos llegar y a no intentar una y otra vez opciones que nada tienen que ver con las posibilidades o que son el resultado del embullo pasajero o del infantilismo.

Los padres pueden contribuir mucho a que sus hijos no se conviertan en improvisadores de este tipo, si desde los primeros años se les educa en consecuentemente y se les exige que cumplan cada encomienda de seguro se formarán con muchos deseos de hacer y con disposición para triunfar en el empeño.

Noemís Balmaceda Alvelai

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