El pueblo revolucionario, en todos los municipios de la capital, salió a las calles a defender la Revolución
No hizo falta que se diera la voz de ¡Alerta!. Los revolucionarios, espontáneamente, se fueron reuniendo en la populosa intersección de Reina y Prado, muy cerca de la Fuente de la India, frente al Hotel Saratoga, y a un costado de nuestro Capitolio Nacional, para dar una digna respuesta a un grupúsculo de mercenarios, lumpens y contrarrevolucionarios, al servicio del imperialismo yanqui, que con huecas consignas de Libertad, y Patria y Vida, intentaron alterar el orden público y calentar las calles este domingo en la capital cubana.
La respuesta revolucionaria no se hizo esperar, como la de la cederista Maydelis Gutiérrez, en cuyo atuendo era visible su pertenencia a la religión afrocubana en la advocación del orisha Oshún, quien coreaba a todo pulmón «Yo soy Fidel».
Ella manifestó a Granma que estaba allí «para defender a la Revolución Cubana al costo que sea necesario, dispuesta a dar hasta mi sangre y darle la respuesta que se merecen esos gusanos».
A su lado, Arelys Mesa dijo sentir un profundo malestar y enorme vergüenza por ver a esas personas sumarse a los enemigos de la Patria e intentar crear desordenes. Ellos no podrán distraer al país de la lucha contra la pandemia y ni de salvar vidas, pero estamos movilizados para salir a la calle a combatir, que lo sepa el mundo, que nacimos para vencer».
La sindicalista y federada Anierka Fernández del Monte expresó que el movimiento sindical nunca permitirá que los contrarrevolucionarios ocupen un milímetro de nuestras calles. «Aquí estamos las agradecidas de Fidel, de Raúl y de nuestro presidente Miguel Díaz-Canel, para salir al paso a cualquier provocación imperialista, no vamos a retroceder, los vamos a enfrentar, triunfaremos y venceremos, porque nuestra causa es justa».
Ante la momentánea alteración del orden en el trayecto frente al Hotel Saratoga y el Capitolio Nacional, fueron detenidos varios provocadores, que se resistieron al arresto y agredieron a nuestras fuerzas de la Policía Nacional Revolucionaria.
Y es que nuestros enemigos no descansan en intentar una y otra vez en incitar a un estallido social, aprovechando la compleja situación por la que atraviesa nuestro país, derivado de la grave crisis epidemiológica de la COVID-19, que asola el mundo, que en nuestro caso la situación se agrava por un inhumano bloqueo económico, comercial y financiero que desde hace casi 60 años impone el Gobierno de Estados Unidos contra Cuba, con el malsano propósito de impedir u obstaculizar al máximo la llegada al país de alimentos, combustibles y medicinas.
Ante la difícil realidad, Carlos Arguedo Pérez afirmó a este diario que «no hay miedo alguno en nuestro pueblo, que él no tiene miedo, las calles son de los cubanos, nadie tiene que convocarme, la orden está dada, porque estoy luchando por el futuro de nuestra nación, por el futuro de mi familia, de mis compatriotas. El imperio norteamericano no nos podrá derrotarnos nunca. Somos un país unido y fuerte».
LAS CALLES DE CUBA SON DE LOS REVOLUCIONARIOS Y LAS DEFENDEREMOS
«Estamos aquí porque las calles son de Fidel, porque las calles de Cuba son de los revolucionarios». Esa fue, probablemente, la frase que con más fuerza escuché al recorren varias avenidas capitalinas en la tarde de este domingo, cuando un pueblo entero salió a defender su Revolución.
La escuché, por ejemplo, frente al Capitolio, sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y por Prado hasta llegar a Malecón. La escuché calle arriba por Belascoaín, y por Carlos III, allí donde se agrupaban los vecinos enarbolando banderas y, sobre todo, ideas.
Una señora, desde su balcón, gritó un «¡Viva la Revolución!» y un «¡Viva Cuba Libre!», y la voz se mezcló con la de muchos jóvenes que, desde la calle, agitaban la insignia del Movimiento 26 de Julio y repetían, cada vez más fuerte, cada vez más claro: «Aquí están Fidel, Raúl y Díaz-Canel», «Patria o Muerte, Venceremos».
La escuché por Infanta, de boca en boca de mujeres y hombres, con más o menos años, todos con la misma convicción: un país como el nuestro, con muchos sueños y no pocos dolores, se defiende con uñas y con dientes, a sabiendas de que, como dijera el poeta, «por esta libertad/ bella como la vida/ habrá que darlo todo/ si fuere necesario/ hasta la sombra/ y nunca será suficiente».
Se la escuché a Julio Alejandro Gómez, un bloguero que se sumó al reclamo honesto de los que aman y fundan y salió a la calle, «porque soy revolucionario y sé que esto es una manipulación. Se quieren aprovechar de nuestras necesidades y problemas para aplicar la misma fórmula del «estallido social» que han empleado en otros países; pero con Cuba no hay fórmulas que valgan. La Revolución es del pueblo y la defiende el pueblo».
También se la oí decir a Alberto Bermúdez, un vecino de Infanta que, en medio de la algarabía, tarareaba, con un «piquete» numeroso, «Yo me muero como viví» … y, poco después, eran las notas del Himno de Bayamo, las que resonaban más alto.
«Unidad y continuidad», decían otros, mientras Alberto interrumpía su canto para afirmar que «Fidel, este es tu pueblo, y del pueblo son las calles. La orden está dada y aquí estamos. Vamos a vencer, pese a la COVID-19 y pese a lo que sea».
La misma frase, hilván de la marcha, también me llevó a Alfredo Vázquez, secretario provincial de la Central de Trabajadores de Cuba en La Habana, quien, en uno de los enfrentamientos con los «desestabilizadores», resultó herido.
«Me golpearon fuerte en la cabeza y terminé con una herida de siete puntos. Pero aquí estoy, con mi bandera manchada de sangre, dispuesto a seguir defendiendo la Revolución, porque morir por la Patria es vivir», aseguraba sin detener el paso, al igual que Cuba, tierra de revolucionarios que no se amedrentan.
Y allá por Vía Blanca, Faustino Leonard, un vecino del municipio Cerro, también me habló de la frase de orden, aún con las huellas de las piedras asomadas en la calle.
«Aquí la querella fue fuerte, pero somos más los revolucionarios. Los saboteadores salieron corriendo a esconderse, tal vez a alguna cueva, como suelen hacer las ratas. Este país, que nadie lo dude, es del pueblo, y seguirá siéndolo».
DEFENDER LA PATRIA COMO A MÍ MISMO
En la intercepción de Ayestaran y Aranguren, los alborotadores que intentaban llegar a la Plaza de la Revolución, al encontrarse con las fuerzas del orden y los cubanos que se encontraban defendiendo las calles, comenzaron a tirar piedras contra las personas y varias resultaron heridas.
Miguel Fraga, un joven trabajador cubano, comentó a Granma que salió a defender a su país y a su Patria, «porque esta Revolución ha costado mucha sangre y es la Revolución de mis padres, es la Revolución que nos legaron, y es la que tenemos que defender, no por mandato sino por convicción, y nadie nos puede quitar esto porque nos ha costado mucho sacrificio y mucho sudor, y estamos en el medio de una pandemia que cuesta muchas vidas», relató.
Añadió que tenemos muchas dificultades y cosas que podemos resolver, pero hay otras que no dependen de nosotros, dependen de un bloqueo que lleva más de 60 años y que nos hace mucho daño.
«Aquí está el pueblo, a nosotros no nos paga nadie, nosotros salimos a defender lo que hemos construido durante 60 años, que es la Revolución de todos», manifestó.
Otra joven cubana, Yisel Pérez, nos dijo que salió ante el llamado del Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a defender la Revolución, y todo lo que tanto sudor nos ha costado tener. «Todo el que se quiera sumar, pues bienvenido sea, porque la Revolución que tenemos nadie no las puede quitar».
Silvia Columbia contó al periódico que salió a enfrentar los intentos de subversión que algunos pretenden desarrollar en el país, en medio de una pandemia y de una crisis económica provocada y recrudecida por el bloqueo.
«No nos dejaremos quitar el espacio por un grupo de delincuentes. Nadie va a derrocar una Revolución de más de 60 años, que tanto se ha esforzado por llevar adelante este país en medio de la amenaza de EE. UU.», aclaró Silvia Columbia.
Adiel Guevara, también muy joven, contó que hoy salió a las calles por una necesidad histórica, una necesidad convocada por nuestro Presidente, una realidad que se nos presenta y que tenemos que combatir.
Denunció que grupos pequeños de contrarrevolucionarios están incitando y generando confusión entre personas, tratando de incidir en la matriz de opinión de la población e intentando que el pueblo pierda la fe en nuestro sistema político.
«Creo que todas las personas de bien deben salir a defender lo que es de todos, y son nuestras conquistas, nuestra Revolución», concluyó.