Limpiar o cuidar la limpieza?
Cuide más y limpiará menos, tendrá más tiempo y se sentirá mas descansada y satisfecha sin dejar de ser limpia ni tener la casa sucia.
Dentro de las actividades que se realizan sistemáticamente en el hogar una de las que reclama mayor esfuerzo es la relacionada con la limpieza. Sus resultados están ligados de manera íntima con la apariencia de la vivienda, y pesan mucho en la opinión que los demás pueden formarse acerca de la familia en su conjunto y de la mujer en particular.
Para muchas personas la limpieza constituye una verdadera esclavitud y viven pendientes de todo cuanto hay que hacer para lograrla, lo cual implica quitarle tiempo a otras actividades de importancia y en especial al reposo.
En la mayor parte de las viviendas es la mujer la que lleva sobre sí el peso de esta labor aunque también el esposo y los hijos disfrutan de sus beneficios, y cuando se pregunta el por qué de esta situación, muchas de ellas declaran que prefieren hacerlo solas antes de tener que andar detrás de los demás para corregirles sus errores.
Eso puede ser muy bueno por la calidad pero en extremo dañino en materia de responsabilidad, pues jamás aprenderán a limpiar ni se sentirán obligados a hacerlo y mucho menos a cuidar la limpieza.
Por otra parte, estoy completamente convencida de que en muchas oportunidades las casas se limpian por simple costumbre y un poco como para hacer tiempo, a pesar de que no estén sucias pero como si todo eso fuese poco, aprecio también que si dedicáramos más esfuerzos a cuidar la limpieza, habría que limpiar mucho menos y en ocasiones son las propias mujeres las que ensucian.
De qué vale limpiar todos los días si todos los días se echará a perder la limpieza que hicimos, no sería mejor enseñar a hijos y esposos a cuidar y crear las condiciones para que así sea y el esfuerzo disminuya.
Está de más decir que una cosa es tener que limpiar menos porque se cuida la limpieza y otra bien distinta dejar que la casa se convierta en un mugre para limpiar, y esos elementos hay que tenerlos bien claro porque le estamos proponiendo racionalizar el tiempo dedicado a esta actividad no que deje de hacerlo.
Compare su casa por ejemplo con lo que puede ocurrir en la calle donde vive, pregúntese de qué vale que los basureros se levante a las cuatro de la mañana y recojan la basura si a las seis, después que ellos pasaron, uno o varios vecinos inconscientes depositan basura en el lugar y lo hacen fuera del área establecida.
La mayor parte de las veces que escuchamos a nuestras esposas decir que van a limpiar, ellas mismas aseguran que solo pasarán la frazada por el caminito pero, al cabo de unos minutos ya usted la ve en los cuartos, el baño y por supuesto en la cocina, es algo que contagia y termina donde mismo pero además, cuando la mujer trabaja, casi siempre no le queda otra alternativa que limpiar luego de su jornada cuando todos los miembros de la familia están dentro de la casa, y eso molesta y crea no pocos problemas.
Claro que todas las viviendas no son iguales ni tampoco todas las familias pero no me explico por qué una casa donde viven dos o tres personas mayores sin la compañía de los niños en medio del pueblo hay que limpiarla todos los días.
La vida no es exitosa cuando usted hace todo lo que se propone, también lo es cuando lo hace con menor esfuerzo y menos tiempo y a lograr eso le estamos llamando a partir del esfuerzo colectivo.
Cuide más y limpiará menos, tendrá más tiempo y se sentirá mas descansada y satisfecha sin dejar de ser limpia ni tener la casa sucia.