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Nuevas revelaciones sobre el meteorito de Viñales

El meteorito que impactó en zona de Viñales, constituye el más notable acontecimiento de su tipo conocido registrado hasta la fecha en Cuba

Por la magnitud del estruendo escuchado en todos los municipios de la provincia de Pinar del Río, la observación de intensos destellos de luz en el cielo referida por numerosas personas y la cantidad de fragmentos detectados en la superficie, la caída del meteorito en la zona de Viñales el pasado 1ro. de febrero constituye el más notable acontecimiento de su tipo conocido registrado hasta la fecha en Cuba.

La valoración fue expresada a Granma por el Doctor en Ciencias Efrén Jaimez Salgado, investigador auxiliar y jefe del Departamento de Geología Ambiental, Geofísica y Riesgos del Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA), del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, quien junto a un equipo de especialistas de esa institución recorrió de inmediato el lugar de los hechos.

Según precisó el experto, de manera preliminar han encontrado entre 40 y 50 pedazos del cuerpo cósmico esparcidos en las zonas de Dos Hermanas, finca El Palmarito, Los Jazmines, El Cuajaní y en las proximidades del poblado de Viñales, localidad donde se sintió una fuerte sacudida asociada al efecto de la onda expansiva.

De acuerdo con las estimaciones iniciales, el meteorito debió ser mucho más grande y pesado (quizá pudo pesar tres toneladas) en el momento de entrar a la atmósfera terrestre, antes de fragmentarse a una altura aproximada de entre diez y 12 kilómetros, pero habrá que esperar por la culminación de los estudios correspondientes para lograr calcular el probable tamaño y el peso total, indicó el doctor Efrén.

En cuanto a su composición química y minerológica, y clasificación, aseveró que, si bien los primeros análisis de laboratorio aplicados a varios de los fragmentos trasladados hacia la capital muestran claramente la presencia de cristales metálicos con caras de exfoliación presumiblemente de hierro y níquel, y en ningún caso se hallaron cóndrulos (gotas súbitamente enfriadas que forman cristales perfectamente esféricos), se precisa hacer más estudios para definir con mayor exactitud a qué clase de subtipo pertenece.

UN REGALO DEL COSMOS

Si algo le faltaba a la candidatura de Viñales para convertirse en el primer geoparque de Cuba, el meteorito que se fragmentó en la atmósfera durante el mediodía del viernes pasado, y provocó una lluvia de piedras cósmicas sobre el valle, se lo acaba de aportar.

No solo porque se trata de un hecho insólito, que solo se había avistado una vez en nuestro país (donde en total se han hallado los restos de seis meteoritos), sino por la gran cantidad de muestras que se han podido recopilar para las investigaciones científicas.

El otro meteorito que se vio caer, el 10 de junio de 1994, en Cienfuegos, lo hizo en una zona despoblada donde había una presa, y por eso solo se pudieron recopilar dos pedazos.

El ingeniero Jesús Moreira, quien estuviera a cargo de las investigaciones en aquella oportunidad, asegura que el parecido entre ambos eventos es muy grande.

«Fue idéntico: una estela de luz, explosiones como de disparos de artillería, y pánico en toda la región», detalla Moreira, el cubano que más cerca ha estado de los dos fenómenos.

«Es como si los meteoritos me estuvieran persiguiendo», dice en tono de broma el actual gerente del Proyecto Polimetálico Castellanos, en el norte de Vueltabajo, quien en 1994 recién comenzaba su carrera profesional en su Cienfuegos natal.

«Es una gran casualidad que haya pasado cuando vivía en Santa Isabel de las Lajas, y ahora que trabajo en Pinar del Río, también suceda aquí».

De aquella experiencia conserva los reportes, las fotografías y hasta un fragmento del meteorito que durante los últimos 25 años ha sido una especie de amuleto. «Lo tengo al lado de la almohada, y hasta ahora ni me he enfermado».

«PENSAMOS QUE AQUELLO NOS IBA A CAER ARRIBA»

A pesar de que los científicos recomiendan ser cautelosos con estos objetos, Moreira no es el único que se ha aventurado a manipularlos.

Rainel Rivero, un pinareño que se encontraba en el Mural de la Prehistoria, cuando cayeron del cielo varios pedazos de piedras chamuscadas sobre la instalación, incluso se atrevió a probar una de ellas para determinar su sabor. «Quién sabe si me ayuda a curarme la hipertensión», argumentó Rainel jocosamente.

En el valle de Viñales, todos relatan lo sucedido a su manera. Dania Coro, una vecina de la zona de El Palmar, recuerda que las persianas se estremecían.

«Me asomé y vi una nube negra y candela en el cielo. Fue algo horrible. Hubo un momento en que no sabía dónde meterme.Cogí a mi hija y me mandé a correr con ella, porque pensamos que aquello nos iba a caer arriba».

Luis Deulofeu, en la zona del Cuajaní, confiesa que cuando sintió el estruendo, pensó que se estaba desplomando una parte de su casa. «Luego oímos que algo cayó y salimos a ver qué era. Le hicimos fotos y lo tocamos. No estaba caliente. Con el impacto se había partido en varios fragmentos».

«Nosotros estábamos en horario de almuerzo cuando sentimos las detonaciones, como en una cantera. Creímos que fuera algún avión con problemas, pero después, cuando vimos las rocas, me di cuenta de que se trataba de un meteorito», rememora Osvaldo Gómez, trabajador de mantenimiento del Mural de la Prehistoria.

SOLO UN SUSTO

Del otro lado de la Sierra de los Órganos, en la ciudad de Pinar del Río, el estruendo también había hecho temblar los cristales, sacudirse las paredes, y salir a la calle a una buena parte de los habitantes de la urbe en busca de respuestas.

De inmediato surgieron las más variadas conjeturas, desde la caída de un avión hasta el estallido de un polvorín. Por eso las primeras noticias de que la explosión se debía al impacto de un meteorito en la zona de Viñales, a más de 20 kilómetros de distancia y con varias montañas de por medio, auguraba una escena dantesca en aquel lugar.

Sin embargo, el valle pinareño se seguía mostrando hermoso y apacible ante la llegada de los especialistas de varias instituciones del Citma, la Oficina de Geofísica del Ministerio de Energía y Minas, y el Ministerio del Interior.

Aunque la lluvia de piedras abarcó un área de varios kilómetros, milagrosamente no hubo heridos ni daños importantes.

José Antonio Valle, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, afirma que hay reportes de la caída de restos en Los Jazmines, en el poblado de Viñales, en el kilómetro 26 de la carretera a Puerto Esperanza, en Palmarito, en El Cuajaní, en el valle Dos Hermanas…

«En el barrio El Progreso, a una casa de placa se le hizo una fisura en el techo por el impacto de una piedra. En Las Maravillas, a un muchacho casi le roza la cabeza otro de esos objetos, pero no ha habido nada que lamentar, afortunadamente».

HABLA LA CIENCIA

Ello hace que más allá del susto, ya se considere un nuevo atractivo de este valle jurásico al que llegan cada año decenas de miles de turistas.

El Doctor en Ciencias Efrén Jaimez advierte que «no es algo frecuente. Lo que no significa que la Tierra no sea bombardeada constantemente por estos objetos».

El ingeniero Antonio Alonso, especialista del IGA, señala que la gran mayoría de ellos, al entrar en las capas densas de la atmósfera, se destruyen a causa de la fricción con el aire.

Por eso considera que este tipo de eventos, como el que estremeció a Vueltabajo en la tarde del viernes, son «raros» y «totalmente impredecibles».

Curiosamente, uno de los sitios impactados por varios pedazos del cuerpo celeste fue el Mural de la Prehistoria, una de las pinturas a cielo abierto más grandes del mundo, que representa sobre la pared de un mogote, la evolución de la vida desde la época en que los dinosaurios dominaban el planeta.

El geólogo Manuel Vázquez recuerda que fue precisamente un meteorito, muy cerca del occidente cubano, el que provocó la extinción de aquellos seres gigantescos y de gran parte de la biodiversidad de la Tierra hace 66 millones de años. «Para la mayoría de las personas es algo muy difícil de imaginar», dice.

Por eso, como muchos, cree que los sucesos del último viernes constituyen un nuevo regalo de la naturaleza para Viñales, que de seguro agrandará la mística de un valle donde ya había fósiles de animales extintos, pinturas rupestres, cavernas inexploradas, y ahora, además, un fragmento del cosmos.

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