¿La juventud está perdida?
La formación de valores es algo muy serio, un proceso integral, que requiere de muchísima sabiduría para poder enfrentar los retos actuales y futuros
Sandino -Uno de los temas más debatidos en la actualidad es la pérdida de valores en la sociedad y de la cual siempre se culpa a los jóvenes. Por ello es muy común escuchar la frase: la juventud está perdida.
Claro está, estas reflexiones siempre vienen de boca de los adultos que juzgan las conductas de los jóvenes. No se trata de buscar culpables cuando hablamos de estos temas, si no de asumir responsabilidades y transformar la realidad. Si bien es cierto que puede reconocerse una crisis de valores en la sociedad actual, también lo es que la responsabilidad de ello es colectiva.
La juventud como grupo constituye el grupo más dinámico y móvil de la sociedad. Tiene varios rasgos que la identifican. Entre ellos podemos mencionar el vigor, el entusiasmo, mayor capacidad adaptativa y la toma de decisiones. Esto puede dar lugar a que comentan errores o adopten conductas que no son las más sanas o socialmente aceptadas.
Los jóvenes son más propensos a experimentar nuevas cosas, a ser más atrevidos y eso se debe a la autonomía que comienzan a disfrutar pues se perciben a sí mismo como adultos y su independencia: su nivel de madurez aumenta con respecto a etapas anteriores del desarrollo y la incursión en la vida laboral facilita este proceso.
La causa fundamental es que no se ha logrado articular acciones conjuntas de las instituciones sociales responsables de la formación de las nuevas generaciones. Ellas son la familia, la escuela y la comunidad.
La formación de valores es algo muy serio, un proceso integral, que requiere de muchísima sabiduría para poder enfrentar los retos actuales y futuros que nos impone la banalización de algunos contenidos que se difunden a través de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de la información.
Desde el núcleo familiar se deben fomentar valores como, honestidad, solidaridad, responsabilidad, humanismo, laboriosidad, honradez y justicia social. El rol de la escuela es reforzar esos valores a partir del conocimiento y la comunidad reproducirlos, así como regular los comportamientos que no se avengan a dichos valores.
Neylín Zambrana Roque