El consejo popular Las Martinas atesora con regocijo el momento en que Fidel cumplió la promesa de entregar las tierras a los campesinos de la zona
El gran orgullo de Juan Alberto Camejo Montes son las hojas de tabaco que crecen en sus tres hectáreas de tierra. Sobre su hombro descansa un ejemplar que supera el metro de longitud. Al tacto se siente gruesa y él asegura que sus plantaciones son de las que poseen mayores concentraciones de nicotina en el país. De ahí que su producción despertara el interés del grupo empresarial Brascuba para la elaboración de cigarrillos.
Pero el valor de esa tierra, ubicada en el consejo popular Las Martinas del municipio de Sandino, no está solo en lo agradecida que puede ser con un buen manejo y uso, sino también en el sello histórico que 60 años atrás le imputara Fidel al cumplir una de las promesas de la Revolución: la tierra pertenece a quien la trabaja.
Fue así que 340 campesinos, entre ellos su bisabuelo Jesús Rodríguez, un día como hoy del año 1959, sostuvieron en sus manos el título de propiedad como evidencia de que la justicia social nacía en Cuba.
EL DESPERTAR TRAS EL OLVIDO
Entre periódicos viejos Rolando Lamas Machado reconstruyó la historia de su pueblo aquel primero de marzo de 1959. Por sus manos pasaron ediciones de Avance, El Socialista y el Vocero Occidental, publicaciones que muchos ignoran su existencia, pero quizás quienes peinan canas o los que aman investigar el pasado reconocen.
Historiador del municipio desde marzo del 2008, recuenta el devenir del pueblo como si hubiera presenciado cada instante: “Desde mediados del siglo XX la zona comienza a llamarse desde La Fe hasta Cortés como Las Martinas Segundo distrito de Guane. Este lugar sufrió el olvido y la desatención por parte de los gobiernos de turno. En el año 1954 la Cuban Land, compañía estadounidense, mayor latifundista de la región, decide vender sus propiedades al Banco de Fomento Agrícola e Industrial Cubano y se crea la asociación de crédito rural Manuel Lazo”.
El triunfo de la Revolución trae aparejado cuantiosos cambios en el ámbito social y económico de la Isla. Desde el alegato de autodefensa La Historia me absolverá, Fidel había denunciado los principales males de la nación y exigido su solución. Una vez conquistada la victoria correspondía accionar a su favor.
“Para Fidel el aspecto cardinal a resolver era el tema de la tierra. De ahí que los días dos y tres se celebraron dos concentraciones gigantes en Santiago de Cuba y Guantánamo con más de 15 000 campesinos. El 23 de febrero se aprobó la ley número 23 destinada a otorgar créditos para la adquisición de las tierras vendidas por la Cuban Land”, asegura.
“El 25 se funda en el oriente del país la primera cooperativa arrocera José Martí y el domingo primero de marzo, a las nueve de la noche, arribó el Comandante a nuestro pueblo para otorgar de forma simbólica el título de propiedad a seis campesinos. Ese día, 340 productores fueron oficialmente propietarios de sus tierras”, concluye el también director del Museo de Historia Municipal.
La tierra fue el principal anhelo de los martinenses, una utopía que solo la Revolución logró materializar junto a otras victorias sociales como la erradicación del analfabetismo, la llegada de la electrificación e incluso, la culminación de la carretera que une la zona entre La Fe y Cortés.
LOS CAMPESINOS HOY
Un plan de actividades acompaña la fecha conmemorativa. Destaca la restauración de áreas públicas y centros para la prestación de servicios a la población del Consejo Popular como el estadio, el parque y la farmacia. Además, hay acciones enfocadas en la contratación, reanimación de siete cooperativas, la producción tabacalera, hortalizas y granos.
“Seguimos avanzando en el autoabastecimiento. Aunque aún no cumplimos con las 30 libras per cápita estamos en 12,5 al cierre del mes de enero. Lo fundamental en el municipio es el tabaco, sin embargo, potenciamos la producción de alimentos”, aseguró José Luis García Valdés, presidente de la dirección municipal de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).
El principal renglón de producción en Las Martinas es el tabaco Virginia, aunque está potenciado el frijol en aras de sustituir importaciones. No obstante, en otros lugares como Manuel Lazo, perteneciente al municipio, hay fortalezas en la ganadería, el porcino y los cultivos varios, refirió García Valdés.
DE COSECHAS Y FUTUROS
Jesús Rodríguez, también conocido por El Gallego, murió con la satisfacción de saberse dueño de su sacrificio: a su descendencia legó el fruto de su trabajo, hectáreas de tierras que continúan produciendo en agradecimiento al esfuerzo y a la dedicación con que la abonan.
Su bisnieto, Juan Alberto Camejo Montes, conoció por referencia familiar que antes del triunfo de la Reforma Agraria las producciones eran absorbidas por compañías estadounidenses. “Después de obtener el título de propiedad hubo quien una vez cosechado los productos plantearon entregar lo que acostumbraban, pero grande fue su sorpresa cuando les dijeron que ya no era necesario, que toda esa mercancía era suya”, refiere.
Al cierre del 2018 Juan Alberto obtuvo un rendimiento de 3,28 toneladas por hectárea, por lo cual fue reconocido como el mejor productor de tabaco del país. La tierra, heredada de generación en generación, continúa en manos de quien la trabaja 60 años después con el compromiso de seguir aportando lo mejor, pues como indicara Martí si el hombre sirve la tierra también.