La fecha recuerda además el natalicio del eminente científico Carlos J. Finlay
La Habana, Cuba. – Entregando lo mejor de sí a sus pacientes, a los cuales miran a los ojos y tocan con humildad, siendo capaces de animar el alma de millones, de no solo salvar vidas y curar enfermedades sino prevenirlas llegan hoy nuestros profesionales de la salud al Día de la Medicina Latinoamericana.
La fecha está en estrecha conexión con Cuba, pues es el natalicio del eminente científico Carlos J. Finlay, descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla.
También es momento para homenajear a Fidel, creador del Programa del Médico y la Enfermera de la Familia, con una atención más personalizada y accesible, enfoque preventivo y mayor proyección social.
La baja tasa de mortalidad infantil, ser el primer país del mundo en certificar la eliminación de la transmisión vertical del VIHy sífilis congénita y la presencia de miles de colaboradores en más de 60 naciones, son éxitos de la medicina cubana.
Profunda vocación humanista
Formados con altísima calidad, elevados valores éticos, humanistas y revolucionarios, los profesionales de la salud dan muestras de abnegación, solidaridad y heroísmo en Cuba y otras partes del mundo.
En medio de sucias campañas y desvergonzado ataque del Imperio contra la cooperación médica y el espíritu solidario de la Revolución cubana, nuestros colaboradores, quienes se ganaron el respeto y el cariño del pueblo en los lugares más humildes en Bolivia y Ecuador, regresaron con dignidad y la frente muy en alto.
Cuando vuelven más que médicos con una vivencia revolucionaria y humana que los ha engrandecido, sentimos más orgullo del valor de la medicina cubana, luz de esperanza para el mundo.