La cuarentena y sus posibles consecuencias psicológicas
Conocer las estrategias para prevenir o mitigar los efectos de la cuarentena puede ser útil para mantener el bienestar psicológico en este periodo de estrés
La cuarentena constituye una medida efectiva para poner freno a la pandemia de COVID-19 en Ciudad Sandino, donde se reporta transmisión local.
No obstante, el aislamiento social prolongado puede traer aparejado un elevado impacto en la salud mental a corto, mediano y largo plazos.
La Lic. Geidy González Serrano, psicóloga del policlínico Ernesto Guevara de la Serna del municipio Sandino, ofrece detalles sobre las reacciones psicológicas derivadas del confinamiento en el hogar al tiempo que facilita estrategias de afrontamiento al estrés en aras de minimizar los efectos negativos de este periodo en la población.
Psicóloga, ¿cómo define la cuarentena, el aislamiento social y el distanciamiento físico?
«Las personas tienden a confundir la cuarentena con el aislamiento social.
La cuarentena es la separación y restricción de movimiento de las personas que han sido expuestas a una enfermedad contagiosa, para determinar si se sienten mal, lo que reduce el riesgo de infectar a otras.
El aislamiento social es la separación de una persona diagnosticada con la enfermedad, de las personas que no están enfermas, hasta tanto su condición de salud mejore.
La principal medida de prevención de la COVID-19 es el distanciamiento físico, entendida como la mantención de una distancia prudencial de al menos un metro y medio entre las personas, evitando el contacto físico y el concurrir a espacios públicos. Se trata sólo de una medida de alejamiento físico que evita contagiarnos y contagiar a otros, y al mismo tiempo mantener la conexión con la familia, las amistades y la comunidad como base para el bienestar emocional y psicológico en esta situación de emergencia.»
¿Cuáles son las alteraciones psicológicas más frecuentes durante la cuarentena?
«Esta epidemia es percibida como un evento vital estresante y una situación amenazante por todo lo que ello implica, lo que causa un alto impacto psicológico en las personas, por lo que es natural sentir ansiedad, estrés, miedo, soledad, angustia y preocupación.
Los pacientes relacionados con el SARS-COV-2, sean casos confirmados o sospechosos, pueden experimentar temor a presentar una infección con un nuevo virus potencialmente letal; y aquellos que se hallan en cuarentena provocar un empeoramiento de la ansiedad y la angustia mental.
Relacionar este virus con la muerte es una gran parte de esa causa. El exceso de información y asociarlo al hecho de poder morir, frecuentemente genera más angustia en las personas cuando enferman.
Entre las principales manifestaciones clínico-psicológicas está la hipocondriasis, o sea, el pensar que las cosas pueden ser peor de lo que realmente son, el insomnio, los temores, las crisis de ansiedad generalizada, el pánico.
Estos síntomas son compatibles con el síndrome de estrés postraumático, que pueden sufrir las personas cuando se enfrentan a situaciones de gran relevancia para su bienestar, crisis grandes como por ejemplo catástrofes, situaciones de guerra, etc.
Aparecen manifestaciones emocionales como miedo, frustración, enojo, ambivalencia, desorganización, aburrimiento, tristeza, sentimientos de soledad y sensación de encierro, que pueden hacer que estos síntomas se sientan con mayor intensidad.»
¿Cómo puede incidir este periodo en grupos vulnerables?
«Cada edad responde de manera diferente:
Niños
En el caso de los niños se muestran más intranquilos, desobedientes, aburridos, ya que su nivel de actividad e interacción se ve limitado.
También pueden manifestar irritabilidad, lo que puede provocar peleas entre hermanos, alteraciones del sueño debido al exceso de información al que ellos acceden por la televisión y los medios de comunicación y porque con escuchan a los familiares conversando de sus preocupaciones.
Eso genera estados emocionales negativos en el caso de los niños, quienes evidentemente no entienden bien todo lo que está sucediendo a su alrededor y esto les genera preocupación, angustia, miedos, que muchas veces se traducen en los terrores nocturnos (comienzan a tener pesadillas con esa situación negativa que están escuchando y están vivenciando).
Pueden experimentar frustración, enojo, conductas regresivas, o sea, comportamientos de cuando eran más pequeños. También pueden demandar más atención de los padres, deseando que los carguen, que estén más pendientes de ellos, que les hagan caso, que compartan tiempo con ellos.
Al no tener otro niño de su edad para poder jugar, el infante quiere jugar con los adultos que tiene a su alrededor. Entonces mamá y papá están ocupados trabajando a distancia y el tiempo del que disponen para atender a su hijo está limitado aunque lo tienen todo el tiempo en casa, y eso dificulta la relación entre los padres y los hijos que también ven sus capacidades de responder ante las demandas por encima de lo que realmente ellos pueden responder.
Los padres estamos acostumbrados a que los niños pasan la mayor parte del tiempo en la escuela, y al llegar estos a casa, nosotros también llegamos del trabajo y estamos en disposición de hacer los deberes del hogar, la comida, el aseo del resto de la familia y atender las tareas o jugar con el niño, si todavía no está en la escuela, pero ahora los tenemos todo el tiempo en casa, lo que implica que todo el tiempo demanden atención.
Los niños, de hacer la misma actividad todos los días, se aburren; y si las están haciendo solos porque no tienen un hermanito con quien compartir o un amiguito que no pueden visitar, pues entonces eso complejiza las actividades que ellos están habituados a hacer.
En dependencia de la edad, los infantes necesitan mayor espacio para jugar. Los más pequeños necesitan correr, saltar, jugar con otros niños. Los más grandes se entretienen con otras actividades como la lectura o hacer manualidades. Entonces, en dependencia del grupo etario van a ser las exigencias que el niño estará demandando a la familia y a las personas que están a su alrededor.
Esto se puede convertir en un problema y hay que tener paciencia con los niños, dedicarles tiempo, buscarles tareas para realizar durante el día, hacerles un pequeño plan de actividades donde ellos puedan entretenerse y no se sientan tan aburridos.
Embarazadas
En el caso de las embarazadas, los miedos y angustias pueden estar más asociados a cómo va transcurriendo el embarazo, si se contagian durante el embarazo y si eso pudiera traer repercusiones negativas en ella o en la futura vida de su bebé cuando nazca; o si el embarazo va a llegar a un feliz término o no.
Lo más importante para evitar esos temores y angustias es mantenerse en casa, cuidarse, protegerse, no salir del hogar si no es necesario para evitar contagios y mantener el distanciamiento físico.
Ancianos
En el caso de los ancianos, la sensación de encierro y sentimientos de soledad, ansiedad e irritabilidad se pueden incrementar. Los ancianos sienten mayor temor, porque la mayoría tienen otras enfermedades asociadas que pueden complicar su situación de salud, en caso de estar contagiados.
Eso genera esa sensación de miedo, ansiedad, angustia, preocupación. Además, no sólo se preocupan por la salud de ellos, sino también por la de las personas que los rodean como los nietos, los hijos, las personas allegadas con las que conviven.
En el caso de los ancianos que viven solos, el sentimiento de soledad se incrementa, porque realmente están solos y no pueden compartir con las demás personas como hacían habitualmente, debido al distanciamiento físico.
Es por ello que precisan apoyo, necesitan más ayuda para hacer determinadas gestiones en tiempos en que las redes de apoyo que pudiera tener ese anciano ahora se ven limitadas; y eso sobrecarga el estrés y los estados emocionales negativos que puede vivenciar.»
¿Qué consejos ofreces para mitigar los efectos de la cuarentena?
«Es importante evitar los pensamientos negativos, llenando tu mente con pensamientos positivos, independiente de que la situación sea compleja.
Asimismo, debemos mantener una adecuada higiene del sueño. No es bueno pasar mucho tiempo del día durmiendo porque por la noche no tendremos sueño. Evidentemente el gasto de energía cuando pasamos la mayor parte del tiempo en casa es menor y la necesidad de sueño disminuye.
Es aconsejable establecer un horario, es decir, organizar las actividades diarias de manera que se cubran las actividades profesionales, del hogar y también dedicarle tiempo a los niños.
Expresar tus sentimientos y preocupaciones a las personas más allegadas, puede ayudarte a aliviar esas tensiones que pudieras estar sintiendo.
Busca información de fuentes seguras, pero evita la sobreinformación, porque esto genera miedos, ansiedades y angustias que no te van a ayudar a sobrellevar esta situación.
Utiliza las redes sociales y las tecnologías para mantenerte en contacto y comunicación con las personas que pueden ser más significativas para ti y que ahora por esta situación están lejos, lo que te dará la sensación de que están presentes y que puedes contar con ellos y sentir afecto desde la distancia.
Realiza actividades que te puedan servir para relajarte y descansar, como sembrar una planta, aprender manualidades o a hacer determinados adornos para la Navidad.
Mantén las rutinas de los horarios de sueño, alimentación y descanso e incorpora entre ellas las actividades nuevas que tienes que hacer. Mantener esas rutinas te dará esa sensación de continuidad, de estabilidad, y te permitirá de alguna manera reducir la incertidumbre y la ansiedad.
Mantente activo mentalmente haciendo crucigramas, jugando si tienes niños en casa, comparte con ellos sus juegos o enséñales juegos nuevos.
Escucha música, baila, léele cuentos a los niños o algo que te interese a ti. No necesitas muchos recursos para realizar estas actividades y las puedes hacer desde casa sin necesidad de salir.
Mantén en buen estado el humor, el cual te sirve para enfrentar la situación y puede ser un gran apoyo en momentos de mayor incertidumbre. Incluso el sonreír y reír puede generar algún alivio a la ansiedad y frustración que se siente en estos momentos por la situación tan difícil que estamos viviendo.
Realizar ejercicios físicos también te ayudará a aliviar las tensiones y el estrés. En casa se puede hacer ejercicios con pocos recursos y es una buena opción.»
¿Qué asistencia psicológica brinda el sistema de salud durante la cuarentena?
«A través del consultorio médico de la familia cualquier persona interesada puede recibir orientación y apoyo psicológico. Además, los médicos están realizando las pesquisas por los hogares. Con ellos podemos evacuar cualquier preocupación que uno tenga.
En el caso de que se escape de las capacidades del médico de la familia, el Departamento de Salud Mental que radica en el Policlínico Ernesto Guevara sigue funcionando. Actualmente se mantienen los días de consulta de psiquiatría infantil y del psiquiatra de adultos.
Las consultas de psicología también están funcionando, con alguna que otra irregularidad porque en determinados momentos realizo otras funciones. Todos estos servicios se ofrecen siempre manteniendo la disciplina social, el distanciamiento físico y evitando las aglomeraciones.»
Vale resaltar que las restricciones obligatorias de movimiento (cuarentena) en el municipio Sandino iniciaron el pasado 28 de octubre, por lo que se han extendido por algo más de 50 días.
Conocer las estrategias para prevenir o mitigar síntomas de depresión y ansiedad puede ser útil para mantener el bienestar psicológico en este periodo de estrés e incertidumbre.