A los resultados de la vacunación hay que sumarle la responsabilidad ciudadana, solo así lograremos combatir la COVID-19
Más del 80 por ciento de la población del municipio de Sandino ya recibió al menos una de las tres dosis del esquema de inmunización con la vacuna Abdala.
La mayoría de los habitantes de este territorio tienen en su cuerpo el ansiado inmunógeno, y otros como nuestro niños en edades pediátricas de 2 hasta 18 años tienen la dicha de haber recibido la primera dosis de Soberana 02.
Y es que desde el inicio de la pandemia en Cuba este fue un desafío que puso en máxima tensión al complejo de centros de investigación biomédica y a sus colectivos de trabajadores, agrupados en el complejo empresarial BioCubaFarma.
Hoy es una realidad que alivia el enfrentamiento a la Covid-19, sobre todo en este occidental territorio donde la curva de contagios sigue cuesta arriba.
Pero la proeza de los científicos, médicos, enfermeras y todo el personal de salud no es suficiente si no tomamos conciencia de la importancia de mantener las medidas higiénico sanitarias, las vacunas por si solas no van a detener el SARS-COV-2.
Para nadie es un secreto que el municipio presenta una transmisión comunitaria exponencial, dispersa además por todos los Consejos Populares lo que hace que cada día aumente el número de contagios. Por lo que hay que tomar conciencia, debemos reducir la movilidad y quedarnos en casa, estás medidas a la par del proceso de vacunación irán bajando la tasa de incidencia.
Las evidencias que existen hasta el momento sobre la efectividad de las vacunas cubanas, incluso en el escenario de circulación de la cepa Delta, son muy buenas y alentadoras.
Por lo que la clave para salir de esta situación es seguir completando la vacunación, y mantener el cumplimiento de las medidas de protección individual y colectivas.