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Sin límites para la niñez (+ fotos)

Especialista en Pediatría y Medicina General Integral, Maricela Troche Valdés se graduó como pediatra hace más de 20 años y hoy colabora en Guatemala

Especialista en Pediatría y Medicina General Integral, Maricela Troche Valdés se graduó como pediatra hace más de 20 años. En sus primeros años como especialista laboró en el hospital Augusto César Sandino en el Municipio Sandino y en septiembre de 2003 parte hacia su primera misión internacionalista en Guatemala, país donde está actualmente en su tercera salida desde hace más de 2 años.

El desarrollo de nuevos medios de comunicación permiten a José Ramón Piñero Benitez, realizador de sonidos de Radio Sandino y testigo fehaciente de la labor incondicional de la Doctora en su terruño, acortar la distancia entre ambas naciones, para conversar con la especialista.

¿Cómo enfrenta cada salida al exterior desde la perspectiva del ser humano que deja aspectos muy importantes de su vida, y desde la posición profesional?

Considero que las misiones constituyen una oportunidad de crecimiento personal, espiritual y profesional para los que en ellas trabajamos. En lo personal, ofrece la oportunidad de conocer personas con otra cultura, costumbres diferentes, otros idiomas y creencias. Desde el punto de vista profesional es una verdadera escuela donde uno conoce enfermedades que solo vio en los libros de medicina, se aprende muchísimo, realizas procederes y te enfrentas a situaciones que nunca imaginaste. Te pruebas como profesional y como ser humano, porque uno se enfrenta a la soledad, la lejanía de tus seres queridos, de tu barrio, tus amigos, en fin, hay momentos que la nostalgia es tan grande que extrañas hasta las cosas malas, aquellas de las que siempre te estás quejando cuando estás aquí. Tu vida personal queda como detenida, yo diría que el tiempo de misión se siente como si estuvieras viviendo una vida prestada.

Cada país es único como diferente es su situación. ¿Qué de particular hay en este lugar fuera de Cuba?

Guatemala es un país hermoso, con una naturaleza maravillosa, como diría Arjona, es el país de la eterna primavera, sus gentes son, en su inmensa mayoría, descendientes de los mayas, son personas humildes, con características muy propias de su cultura maya, muy apegados a sus tradiciones. En Guatemala hay personas con elevado poder adquisitivo y los mercados están llenos de todo tipo de alimentos pero la pobreza y los altos índices de desnutrición aguda y crónica están presentes en la mayoría de los hogares, los niños mueren de neumonías, diarreas y otras enfermedades ligadas a la desnutrición. Muy pocos niños terminan la enseñanza primaria, muchos de ellos, desde muy pequeños trabajan para ayudar con la precaria economía de sus hogares. El sexo femenino es discriminado aún desde su propio nacimiento, pues una comadrona cobra más cuando recibe un varón que cuando el recién nacido es una hembra. Aquí el abuso sexual y el embarazo en la adolescencia son muy frecuentes.

En nuestra Isla es más fácil ejercer la medicina por la colaboración de muchos factores. ¿Cómo logra tener éxitos fuera de Cuba?

Ser médico y específicamente, ser pediatra en este país es todo un reto. Aquí las acciones preventivas son casi desconocidas o ignoradas, los niños enfermos, cuando acuden al hospital, muchas veces llegan ya en muy malas condiciones, en ocasiones llegan ya fallecidos o mueren en sus hogares, la educación sanitaria es muy pobre, predomina la ignorancia y eso nos golpea muchísimo y dificulta nuestra labor.

¿Cómo se piensa Cuba cuando estás de misión internacionalista.?

Cada vez que muere un niño que está bajo nuestro cuidado, cuando los veo llegar tan graves que apenas se puede hacer algo por ellos o cuando los veo tan pequeñitos limpiando zapatos, vendiendo dulces, llevando sobre su cabeza o sus hombros cargas que pesan más que ellos mismos, en todos esos momentos, sinceramente, se me hace un nudo en la garganta y no puedo evitar compararlos con nuestros niños, que juegan felices y despreocupados, que solo tienen que pensar en estudiar y jugar, es una experiencia dura.

Hay quienes piensan que el personal de la salud que presta servicios en otras latitudes, solo lleva experiencias allí donde colabora. ¿Es así? o cree que haya al final una interrelación entre el conocimiento de ida y vuelta?

Como mencionaba anteriormente, esta experiencia es insuperable y una verdadera escuela, donde ellos reciben nuestros conocimientos y servicios y nosotros nos llevamos la experiencia hacia Cuba y es un gran aprendizaje.

La pediatría es una especialidad que no escapa al enfrentamiento del nuevo coronavirus. Cómo tratar esta pandemia bajo otro cielo.?

La pandemia por el nuevo Coronavirus actualmente está afectando Guatemala, igual que a casi todos los países, los casos se incrementan cada día más y, aunque aún la situación no es muy alarmante, se espera ocurra el pico de la epidemia para la segunda mitad del mes de mayo. El país ha desarrollado acciones para mitigar el impacto pero los elevados índices de pobreza, las inadecuadas prácticas de higiene, la poca o ninguna educación sanitaria de la población y la desnutrición existentes van a complicar la situación inexorablemente. Nosotros estamos preparándonos para ese momento, tenemos los medios de protección necesarios y hemos tomado medidas en nuestras casas para minimizar el daño y evitar contagiarnos.

¿Existe en Maricela, límites para salvar a los niños?

Creo que nunca tendré límites para salvar niños, ellos son lo mejor del mundo, representan la inocencia que un día tuvimos, la ternura, la esperanza de un mundo mejor, ellos lo merecen todo. Agradezco cada día de mi vida ser médico y haber elegido esta especialidad, creo que nací para este trabajo. Es muy hermoso amar tu profesión y cuando le devuelvo la sonrisa a un niño o ellos me reconocen en la calle sencillamente es un momento especial, que reconforta de todas las noches de desvelo.

Maricela Troche es una de las profesionales de la salud cubana que día a día trabaja por una mejor calidad de vida. Con galenos como ella, no solo se logra en la mayor de las Antillas que los infantes gocen de buena salud, fuera del área este derecho a través de sus manos es una realidad. Sin límites de fronteras para socorrer a la niñez. Así es la vida de Maricela.

Por José Ramón Piñero Benítez

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