En prever está todo el arte de salvar
Por Luis Calderón Canals
No hay duda de que dentro de los cambios que está operando el medio ambiente como consecuencia de la acción indiscriminada de los hombres están los referidos a la presencia de más huracanes en nuestra área geográfica, y estar bien preparados para enfrentarlos constituye una real necesidad de estos tiempos, pues como dijo nuestro Héroe Nacional José Martí: «en prever está todo el arte de salvar».
Me refiero a esto porque las horas vividas bajo los efectos de la tormenta tropical Italia sirven como botón de muestra para reafirmar el concepto de que no hay enemigos pequeños, y por lo tanto el éxito ante ellos depende cada vez más de una mejor preparación.
Por supuesto que no me estoy cuestionando las acciones que en esta dirección se desarrollaron, pero vale la pena llamar la atención acerca de que todo cuanto hacemos puede contribuir de manera más efectiva en la medida que se logren niveles superiores de calidad en el cumplimiento de cada tarea, lo que implica trabajar con plena conciencia de la importancia que cada acción tiene.
Elementos tales como la poda de árboles, el mantenimiento sistemático a las redes de alcantarillado, la ubicación de las áreas de siembra no son simples rutina, sino acciones que a la larga o a la corta pueden determinar el éxito antes consecuencias como las inundaciones y la pérdida de las cosechas.
Ahora se impone enfrentar la recuperación con la celeridad que el momento reclama, y hacerlo presupone evitar que las afectaciones en la esfera de la vivienda se conviertan en nuevos casos pendientes en la larga lista de problemas no resueltos de eventos anteriores, con todo lo que eso implica; que con los daños en la agricultura se conviertan en causas determinantes para el incumplimiento de los planes productivos.
Lograr el éxito en esta dirección requiere identificar minuciosamente los daños reales, asignar y distribuir con agilidad los recursos asignados, exigir que los mismos se utilicen en el plazo más breve posible, diseñar los planes de siembra de cultivos de ciclo corto y de manera especial, en el caso de la ciudad, dar el golpe definitivo a las insuficiencias que presenta el sistema de recogida de desechos sólidos.
Evidentemente, avanzar en este sentido exige lograr la participación de todos los factores a partir de la adecuada planificación y organización. Cuando esto digo, me refiero no solo a la responsabilidad estatal de los distintos organismos, sino también a la participación popular en cada barrio y comunidad, en lo cual resulta esencial el papel de los delegados del Poder Popular y de las organizaciones de masas.
Las enseñanzas que nos brindan a diario las máximas autoridades del país en materia de mecanismos para la identificación, enfrentamiento y solución de los problemas a partir de las potencialidades locales constituyen un botón de muestra de todo cuanto se puede hacer, que bien vale la pena tener en cuenta.
Una vez más se nos llama a enfrentar el reto de vencer en el empeño, y tengo conciencia de que vencer en el empeño depende en buena medida de la actuación colectiva.
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